Walaa Abu Aisha trabaja en un pequeño taller montado en un rincón del centro social de la Sociedad de Rehabilitación Al Amal (“La Esperanza”), en la Franja de Gaza sitiada. Este es un centro que se ocupa de apoyar a las personas con discapacidad de la Franja.
De esta forma, esta mujer palestina coge cada día sus herramientas y transforma los bloques de madera en piezas de arte, desarrollando una actividad tradicionalmente reservada a los hombres en esta sociedad.
Tras haber tallado o grabado sus obras de arte, creadas al estilo tradicional, estas son trasladadas al mercado para ser vendidas. Los beneficios de la venta de estas piezas se reutilizan para ayudar a financiar las actividades de este centro social.
En declaraciones a MEMO, Walaa ha explicado: "Estas actividades, carpintería incluida, formaban parte del currículum de mi título universitario".
Y añade: “Entre las herramientas que utilizo, tengo respeto a la motosierra. Esta herramienta requiere de mucha cautela y fuerza a la hora de ser utilizada. Pero me sobra la fuerza de voluntad y superaré esa cuestión. Otro obstáculo con el que tengo que lidiar es la opinión que la sociedad se pueda formar sobre mí, en tanto que en esta sociedad tradicional algunos se preguntan cómo puede una muchacha trabajar en un taller de carpintería. Pero a mí me encanta esta forma de crear arte y desarrollándola mejoraré mis habilidades y las sacaré partido”.