El gobierno británico ha instado a las autoridades israelíes a poner fin a la demolición sistemática de hogares palestinos. Esta exigencia ha llegado en un comunicado oficial presentado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por la embajadora británica, Karen Pierce.
La embajadora se refiere en el comunicado a "la demolición de 16 pequeños negocios en el campamento de refugiados de Shuafat el 21 de noviembre", señalando que "no hay planes de reconstrucción claros para el campo y ello obliga a la población palestina a recurrir a construir en ausencia de permisos".
Según Pierce, Gran Bretaña "está también observando de cerca los acontecimientos acaecidos en los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan, donde cientos de ciudadanos palestinos corren el peligro de ser desalojados de sus hogares". Para añadir que "este es un peligro que ha aumentado por causa de los recientes hechos ocurridos en el marco legislativo israelí y por algunas sentencias judiciales".
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La embajadora explicó también que Gran Bretaña "seguirá apoyando que se perpetúe la presencia palestina en Jerusalén Este (...) incluso mediante programas de asistencia legal a aquellas personas que se enfrenten a amenazas de demolición o desalojo de sus hogares".
El comunicado de la embajadora daba también la bienvenida "al aplazamiento temporal de los planes de demolición de la comunidad beduina de Khan Al-Ahmar", a la vez que expresaba su grave preocupación "por el destino de esta comunidad". Y recordaba que "las Naciones Unidas han afirmado que esta demolición podría equivaler a un desplazamiento forzoso, lo que constituye una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario".
El comunicado concluía afirmando: "Esperamos que el gobierno israelí proporcione una hoja de ruta clara y transparente para que se ponga fin al ciclo de construcciones ilegales y demoliciones mediante la edificación legal de construcciones por parte de la parte palestina".
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