El Parlamento Israelí, conocido en hebreo como “Knesset”, votó el miércoles por la noche a favor de disolverse. Dicha decisión anticipa la celebración de elecciones anticipadas en abril de 2019.
El portal informativo israelí Ynet News ha informado de que 105 miembros de la Knesset votaron a favor del proyecto presentado por el gobierno, y de que no hubo ningún voto en contra. Otras propuestas de disolución del Parlamento presentadas por otros diputados fueron también aprobados durante la asamblea.
La diputada árabe Aida Touma-Sliman, de la Lista Conjunta, explicó que pese a las conversaciones mantenidas respecto a la cuestión de la celebración de elecciones anticipadas "todo esto llega tarde en tanto que este gobierno debió ser disuelto hace mucho tiempo".
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Youma-Sliman ha añadido también que el gobierno de derecha israelí ha estado incitando contra la población árabe desde el primer día, particularmente, desde que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtiera a la población israelí de que "el gobierno de derecha está en peligro. Los votantes árabes se dirigen a los colegios electorales en masa. ONGs de izquierda los trasladan en autobuses".
Según Ynet, el ministro de Cooperación Regional israelí Tzachi Hanegbi ha dicho que este "es un momento emocionante" y que "la opinión pública sabe que hay investigaciones en marcha contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, al que ha escuchado también proclamar firmemente su inocencia".
Para añadir: "Es inaudito que la decisión de un funcionario como el Fiscal General Avichai Mandelblit, aunque sea uno de los más importantes y honestos, provoque que un primer ministro tenga que dejar el cargo, ello como si la decisión que la opinión pública adoptó en las elecciones no significara nada".
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Netanyahu está actualmente involucrado en cuatro escándalos políticos. En el Caso 1000 se investigan las sospechas de que el primer ministro y su esposa aceptaron supuestamente regalos ilegales de empresarios. En el caso 2000, se investigan los supuestos intentos de Netanyahu de intentar conseguir mediante sobornos una cobertura favorable en los medios de comunicación.
En el Caso 3000, también conocido como el "escándalo del submarino", se investiga el supuesto cobro de comisiones en la compra de un submarino militar a Alemania. Y en el Caso 4000 se investiga la supuesta concesión por parte de un socio cercano a Netanyahu de informaciones confidenciales a la mayor compañía de telecomunicaciones de Israel.
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