Israel anunció la semana pasada su intención de destinar la cantidad de tres millones de shekels (790,000 dólares aprox.) a la financiación de una red internacional de abogados y grupos especializados en cuestiones judiciales y financieras con el objetivo de combatir el Movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones.
El cofundador del movimiento BDS, el palestino Omar Barghouti, ha afirmado al respecto que esta actuación no hace sino demostrar el miedo que este movimiento pacífico provoca en Israel.
En una entrevista concedida al medio de comunicación palestino Al-Wattan Voice, Barghouti ha explicado que desde la irrupción de la extrema derecha en Israel en 2015, el gobierno israelí ha pasado a considerar al movimiento BDS como una de las principales amenazas a su "empresa de apartheid colonial".
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Mientras, el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Gilad Erdan, ha dicho, según Al-Wattan Voice, que "Israel está pasando en su batalla contra el BDS de la etapa de autodefensa a una etapa ofensiva".
"El fracaso del gobierno de ocupación israelí a la hora de frenar el crecimiento del BDS lo ha empujado a librar una desesperada batalla psicológica, además de la judicial y la de inteligencia", aseveró Barghouti.
"Israel ha comenzado a perder (el apoyo de) la corriente liberal mayoritaria en Occidente debido a su violenta represión contra los activistas de BDS y la promulgación de leyes que impiden la libertad de expresión", añade Bargoutti, que también ha destacado la posición de la UE. Esta ha defendido el derecho a boicotear a Israel y ha reconocido que este derecho está garantizado en el marco del fundamental derecho a la libertad de expresión.
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Bargoutti ha agregado que "el movimiento BDS planea intensificar sus actividades entre los artistas, economistas, académicos y deportistas de todo el mundo con el objetivo de aislar cada vez más al régimen del apartheid colonial israelí y a las instituciones y empresas involucradas en crímenes contra la población palestina".
Y ha explicado que se están utilizando también diversas herramientas legales para defender a los activistas de BDS que, pese a que ello constituye una violación de las leyes de los países en los que viven, están siendo espiados por Israel.
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