Israel se ha retirado oficialmente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO, por sus siglas en inglés).
En octubre de 2017, Israel había anunciado que abandonaría la agencia de la ONU, con motivo de lo que ha calificado de “sesgo” a favor de los palestinos. Esta decisión entró en vigor ayer.
“La UNESCO es un organismo que continuamente trata de reescribir la historia; entre otros ejemplos, intentado hacer desaparecer la conexión judía con Jerusalén,” declaró el embajador israelí en EE.UU., Danny Danon, al periódico The Jerusalem Post.
“Israel no seguirá perteneciendo a una organización dedicada a actuar contra el [país] y que cuenta con una herramienta manipulada por los enemigos de Israel,” agregó.
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Israel se unió a la UNESCO en 1949. Las tensiones comenzaron después de que la agencia de la ONU adoptara varias resoluciones que defienden los derechos palestinos en las ciudades de Jerusalén y Hebrón.
En octubre de 2017, la UNESCO decidió incluir a la ciudad de Hebrón y a la mezquita de Haram Al-Ibrahimi, un lugar de culto tanto para musulmanes como para judíos, en la lista de los lugares patrimonio de la humanidad.
También en 2017, la UNESCO aprobó una resolución que desmentía cualquier vínculo entre la mezquita de Al-Aqsa y el judaísmo; Israel se basa en la supuesta conexión para reivindicar el lugar sagrado del Islam como el “Monte del Templo”.
En mayo de 2018, la UNESCO decretó que Israel es una “potencia de ocupación” y condenó sus actividades ilegales en el Jerusalén Este ocupado aproximadamente un mes después. En junio de 2018 la UNESCO adoptó otra resolución en la que calificaba el Casco Antiguo de Jerusalén y sus muros como patrimonio en riesgo.
En respuesta, tanto Israel como EE.UU. han recortado la financiación a la UNESCO en múltiples ocasiones, acusándola de “antisemitismo”.
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