Varios campamentos de refugiados sirios en Líbano están siendo evacuados tras ser afectados por fuertes tormentas de nieve e inundaciones como resultado de la llegada al país del huracán Norma.
La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, o UNHCR por sus siglas en inglés), Lisa Abou Khaled, ha señalado esta mañana que la tormenta había inundado o destruido completamente 15 campamentos informales de un total de 66 que habían sido “gravemente afectados”.
En un comunicado se explicaba también que “ACNUR y sus socios estiman que alrededor de 850 campamentos informales, en los que se alojan alrededor de 50.000 refugiados, corren el peligro de inundarse. La respuesta a esta situación está siendo coordinada por el ministro libanés de Asuntos Sociales y por ACNUR, en cercana cooperación con las municipalidades afectadas”.
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Fotos de Arsal, el mayor campo de refugiados de Líbano, muestran las tiendas y zonas comunes cubiertas por varios pies de nieve, mientras la gente intenta sobrellevar esta dura situación a pesar de no contar con ropas adecuadas para las temperaturas bajo cero. Algunas personas han intentado también utilizar sal para evitar que el suelo de sus tiendas se congele, ello a pesar de que el agua entraba a chorros en las mismas inundando el suelo.
Mientras, numerosos activistas han comenzado a utilizar las redes sociales para lanzar el hashtag “Arsal llora”, en un intento de concienciar a la opinión pública y de recaudar fondos para las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno.Las inundaciones y los fuertes vientos han afectado también a otros campamentos del país. Medios de comunicación locales han confirmado la muerte de una niña siria de 8 años en la ciudad libanesa norteña de Minya tras ser arrastrada por las inundaciones cuando estaba en la puerta de su casa.
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El lunes, la Cruz Roja / Luna Roja Libanesa informó de que había rescatado a más de 500 personas del campo de refugiados de Al-Samaqiah tras inundarse sus tiendas. Estas personas fueron trasladadas a otro campo en el que se les brindó ayuda de emergencia.
Los medios de comunicación libaneses han reproducido también declaraciones del alcalde de Arsal, Basel al-Hujairi, en las que este explica que se están utilizando tractores para limpiar la nieve de los campos pero que no cuentan todavía con suficiente ayuda ni fondos para realojar a las personas desalojadas.
ACNUR lleva unos meses sufriendo de falta de presupuesto, y en septiembre se ha visto obligado a suspender las raciones alimenticias que suministraba a 8.000 familias sirias, intentando priorizar el ofrecimiento de la ayuda a la gente en situación más vulnerable.
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Esta agencia de la ONU realizó el pasado año un llamamiento urgente para recaudar donaciones, publicitando que necesitaba urgentemente 44 millones de dólares del total de 270 millones anunciado previamente para evitar que las actividades de financiación urgente se detuvieran en noviembre. ACNUR cubre las necesidades de más de 5.6 millones de refugiados sirios registrados en Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto, 2.6 millones de los cuales son niños.La población siria desplazada en el interior del país, o refugiada en otros lugares, está padeciendo un empeoramiento de sus condiciones humanitarias este invierno. Muchas personas carecen de la alimentación básica y de suministros médicos necesarios para enfrentar las frecuentes tormentas e inundaciones. Los países vecinos han sido también acusados de cometer negligencias intencionadas en la administración de los campamentos en un intento de persuadir a la población siria para que retorne a sus hogares, que están de nuevo en manos del régimen, mientras la guerra parece estar a punto de acabar.
Mientras miles de personas han retornado a territorios bajo el control del gobierno, por causa de las duras condiciones de vida que han experimentado durante los últimos meses, otras muchas personas siguen rechazando esta posibilidad por temor a represalias del régimen.
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