El ministro de Asuntos Exteriores de Catar, el jeque Mohammed Bin Abdulrahman Al-Thani, ha insistido en que el gobierno de Catar no ve razón alguna para reabrir su embajada en Damasco, ni señales que alienten una normalización de relaciones con el gobierno sirio.
En una conferencia de prensa celebrada esta mañana, el ministro ha denostado la sugerencia de que Catar podría reanudar las relaciones con el dirigente sirio Bashar Al-Assad, de quien ha afirmado que "está involucrado en crímenes de guerra". También se ha referido a la cuestión del reingreso de Siria en la Liga Árabe argumentando que Catar continuaría defendiendo su expulsión de esta organización intercontinental de 22 miembros.
"Desde el primer día, Catar explicó las razones por las cuales apoyó la suspensión de la membresía de Siria en la Liga Árabe, y esas razones siguen ahí, por lo que no vemos ningún hecho que aliente el cambio de posición".
Estas declaraciones de Doha se producen mientras que otros estados árabes, incluidos algunos que apoyaron a los grupos de oposición al régimen sirio, aceleran sus esfuerzos para reconciliarse con Al-Assad tras los decisivos avances conseguidos el año pasado por el régimen y sus fuerzas aliadas.
En diciembre, los Emiratos Árabes Unidos reabrieron su embajada en Damasco, lo que ha supuesto un importante respaldo diplomático para el régimen. Bahrein también confirmó posteriormente que su embajada y la misión diplomática siria en Manama habían vuelto a ser operativas. Y ahora se prevé que más países árabes sigan este ejemplo, entre rumores de que Arabia Saudí también podría reabrir su embajada en la capital siria esta semana.
El regreso del personal diplomático ha sido bien recibido por el régimen sirio, pero los funcionarios de Damasco han asegurado esta semana que no iban a suplicar a los países occidentales que lleven a cabo estos movimientos. "A quienquiera que cerrara su embajada en Damasco y quiera ahora cambiar de decisión basándose en otro enfoque del terrorismo que golpeó a Siria, le damos la bienvenida", ha explicado el asistente del ministro de Asuntos Exteriores, Ayman Sousan, "pero estrictamente no buscamos el regreso de nadie".
Según informaciones del diario en árabe Al-Sharq Al-Awsat, que tiene su sede en Londres, el régimen sirio ha suspendido recientemente los permisos de residencia en Beirut de numerosos diplomáticos extranjeros. Ello se podría percibir como un intento de presionar a estos enviados para que regresen a Siria y reabran oficialmente sus embajadas. Aunque los diplomáticos han ido, desde que estallara la guerra, desplazándose puntualmente a Siria desde el Líbano una o dos veces al mes para llevar a cabo sus negocios, esta medida es una clara señal de que esa forma de representación diplomática “a medio gas” ya no es bienvenida por el régimen de Damasco.
Esta medida siria parece estar ya produciendo consecuencias. La semana pasada, Italia, uno de los países afectados por esta medida, anunciaba que consideraría devolver su embajada a Siria e incidió en la importancia de que las relaciones vuelvan a la normalidad.
También se han producido llamadas en el sentido de que Siria regrese a la Liga Árabe. Argelia y Jordania se han unido recientemente a Irak y al Líbano para invitar a Al-Assad a asistir a la próxima cumbre de la Liga que se celebrará en marzo, tras ocho años de suspensión de la membresía de Siria. En dicha cumbre, que está previsto se celebre en Túnez, se podría ver de nuevo y de forma oficial al gobierno de Al-Assad bienvenido en dicha organización.A pesar de que el régimen pide a la población refugiada que regrese al país, más de un millón de personas siguen figurando en las bases de datos del régimen como “en busca y captura”. Y aquellos ciudadanos sirios que apoyaron a la oposición no les abandona el temor ante las represalias que el régimen podría tomar contra ellos y sus familias.