La agencia alimentaria de la ONU proporcionó alimentos de emergencia y cupones a más de 9,5 millones de yemeníes el mes pasado, según anunció ayer un portavoz.
Los casi cuatro años de guerra civil que han asolado el país y el consiguiente colapso económico han dejado a 15,9 millones de personas –el 53% de la población- enfrentadas a una “inseguridad alimentaria severa” y en riesgo de hambruna.
“No alcanzamos a 10 millones [tal y como estaba previsto] porque la situación actual ralentizó un poco la distribución en algunas áreas. La seguridad no es tan buena como esperábamos en algunas áreas,” declaró el portavoz del Programa de Alimentación Mundial Herve Verhoosel en Ginebra.
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“Algunos de nuestros camiones se vieron detenidos durante más tiempo del normal en algunos controles de seguridad,” explicó. El portavoz más tarde clarificó que las cifras se referían a la ayuda alimentaria que había sido “despachada” a centros de distribución locales repartidos por Yemen, pero que no toda había sido entregada aún a los destinatarios.
El Programa de Alimentación Mundial, que en noviembre había proporcionado ayuda a unos 7 u 8 millones de yemeníes, pretende alcanzar a un máximo de 12 millones de personas en riesgo de desnutrición. En diciembre, sin embargo, parte de la ayuda alimentaria fue sustraída y vendida en algunas zonas controladas por las milicias hutíes.
Las conversaciones de paz entre el gobierno respaldado por Arabia Saudí y las milicias hutíes alcanzaron el mes pasado en Estocolmo para un frágil alto el fuego en la estratégica ciudad de Hudaydah.
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En enero, el Programa de Alimentación Mundial logró suministrar comida a más de 10.000 familias en dos zonas muy afectadas de Hudaydah –Tahita y Duraihmi- por primera vez desde julio, gracias a una reducción de los enfrentamientos.
“La tregua es inconsistente, todavía hay algunos problemas esporádicos en y alrededor de Hudaydah,” puntualizó Verhoosel.