Un atentado reivindicado por Daesh acabó ayer en el norte de Siria con las vidas de dos soldados estadounidenses y de dos civiles que trabajaban para el ejército del mismo país. El incidente ocurre semanas después de que el presidente Donald Trump asegurase que el grupo terrorista había sido derrotado y que las tropas estadounidenses comenzarían a retirarse por este motivo de Siria.
El ataque ocurrido ayer en Manbij es el más mortífero para las tropas estadounidenses desde que éstas se desplegaran sobre el terreno en 2015. La ciudad es controlada por una milicia aliada a las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por EE.UU.
El ejército americano ha confirmado que cuatro ciudadanos estadounidenses resultaron muertos en el ataque, que dejó heridos a otros tres. Según una página web vinculada al Daesh, el atentado fue ejecutado por un terrorista suicida.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la explosión dejó un total de 19 víctimas mortales.
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Queda por ver qué impacto tendrá el atentado en la estrategia de Trump, que el mes pasado sorprendió a sus asesores de seguridad al anunciar de forma repentina la retirada de los 2.000 efectivos estadounidenses desplegados en Siria.
Ningún experto cree que el Daesh haya sido derrotado, a pesar de que el grupo armado ha perdido la mayor parte del territorio que controlaba en 2014 y 2015, tras declarar un “Califato” en partes de Siria e Irak.