El derechista ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha anunciado que su país ha repatriado a 393 migrantes y refugiados, que habían sido rescatados por la Guardia Costera Italiana, de vuelta a Libia.
Se cree que esta cifra incluye a unos 100 migrantes que habían solicitado un rescate de emergencia frente a las costas libias, según había informado la Organización Internacional para la Migración.
Una organización pro-derechos humanos criticó las devoluciones a Libia y las calificó de vulneración del derecho internacional, puesto que ha quedado demostrado que en el país norteafricano los migrantes con frecuencia sufren abusos y torturas.
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La estrategia de Salvini pasa por prohibir a las organizaciones de rescate que desembarquen a los migrantes en puertos italianos, lo que ha obligado a la mayoría de ellas a suspender sus labores. Esta situación ha motivado un incremento de los accidentes mortales en la ruta entre Libia e Italia.
El Alto Comisionado de ACNUR, Filippo Grandi, explicó al periódico italiano Corriere della Sera que “el porcentaje de migrantes que han muerto tratando de cruzar el mar se ha duplicado en 2018 en comparación con 2017”.
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