Las fuerzas militares lideradas por milicias kurdas y respaldadas por Estados Unidos están a punto de eliminar el último enclave de los militantes de Daesh en Siria, cerca de la frontera con Irak. Esta victoria llega tras una devastadora campaña de bombardeos aéreos que se ha extendido por espacio de cuatro meses y que ha dejado cientos de víctimas civiles, ello según han informado el miércoles residentes y rebeldes, según publica Reuters.
En los últimos días se ha producido la conquista de la aldea de Baghous. En las últimas semanas, otras localidades cayeron ya, con el apoyo de bombardeos aéreos ejecutados por la coalición liderada por EE.UU., en manos de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), una alianza de milicias de mayoría kurda.
Las SDF, que lanzaron una gran ofensiva en septiembre pasado para expulsar a los miembros de la organización terrorista Daesh de su último reducto, se enfrentaron al principio a una feroz resistencia de estos. Pero a finales del mes pasado consiguieron tomar la ciudad de Hajin, que era el principal bastión urbano en manos de la organización.
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Según afirman antiguos residentes e insurgentes del área, las SDF se enfrentan ahora a la conquista de una extensión de unos escasos siete kilómetros. Esto es todo lo que queda para asegurar el control total de toda la región al este del río Éufrates.
Daesh ha perdido a lo largo del año pasado casi todo el territorio que una vez ocupó en Siria, ello merced a las ofensivas independientes entre sí ejecutadas por parte de las SDF, con el respaldo de EE.UU., y del ejército sirio, respaldado por Rusia.
La conquista del último reducto en manos de Daesh, en la zona cercana a la frontera iraquí, supone un punto de inflexión en esta ofensiva, que deja a los militantes de Daesh dispersos en áreas desérticas escasamente pobladas del este de Siria.
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Analistas de seguridad explican que, para compensar la pérdida de territorio, los milicianos más radicales de Daesh están ahora atacando y utilizando operaciones “golpea y huye” contra combatientes y comandantes de las SDF y puestos de control.
Por ejemplo, el jeque Faisal Marashdah, un líder tribal, explica que "los militantes de Daesh están ahora cambiando de táctica y adoptando métodos de guerrilla, y es previsible que en el futuro utilicen cientos de sus células durmientes para lanzar ataques mortales".
Antiguos residentes de la zona han informado a sus familiares de que al menos 1.000 civiles han abandonado este enclave en las últimas 48 horas y se han entregado a las fuerzas lideradas por los kurdos.
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Entre estas personas se encontrarían alrededor de 150 combatientes extranjeros alistados en Daesh junto a sus familias. Según han informado fuentes kurdas, estos fueron llevados a un campamento de alta seguridad, cuyo nombre no ha sido revelado pero situado más al norte, para ser investigados.
La resistencia de un número estimado en unos pocos miles de miembros de Daesh que pretendían combatir hasta el final se derrumbó tras las semanas de bombardeos aéreos ejecutados contra esta zona. Estos ataques, por otra parte, han dejado en ruinas muchas de las ciudades y pueblos en las orillas del Éufrates que se encontraban en manos de Daesh.
Los residentes y activistas locales han acusado a la coalición liderada por Estados Unidos de ejecutar estos bombardeos indiscriminados, a los que responsabilizan del asesinato de decenas de civiles desde el inicio de la campaña. Mientras, el Pentágono responde que es cuidadoso a la hora de evitar víctimas civiles en sus bombardeos y que investiga cualquier acusación.
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