El presidente ruso, Vladimir Putin, quiere que todas las fuerzas iraníes se vayan de Siria, dijo a la prensa el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Una importante delegación militar israelí encabezada por Netanyahu llegó a Moscú esta semana para discutir la cooperación bilateral y el caso sirio en particular; Israel ha intensificado los ataques aéreos contra objetivos iraníes en Damasco en los últimos meses, y ha descrito la presencia de las milicias en el país como una provocación.
El primer ministro israelí dijo que la reunión fue "buena y productiva", subrayando que Putin aceptó su invitación a visitar Jerusalén en un futuro cercano. Al parecer, la delegación trajo material de inteligencia a la reunión y discutió el atrincheramiento de las fuerzas iraníes en Siria, que Tel Aviv considera una amenaza para su seguridad nacional.
Una fuente diplomática israelí cercana a las conversaciones dijo que los dos estados también acordaron establecer "un grupo de trabajo con la participación de Rusia, Israel y otros países para trabajar en el tema de eliminar las fuerzas extranjeras de Siria", sin dar más detalles sobre qué otras naciones formarían parte del comité.
Respecto a las acciones de Israel en Siria, la fuente israelí dijo a los reporteros que "la política es que continuaremos actuando y que sea aceptado con comprensión", indicando que Putin no limitará las operaciones de Tel Aviv contra agentes iraníes.
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Israel ha estado llevando a cabo ataques aéreos en Siria contra supuestas transferencias de armas y despliegues por parte de Irán y su aliado libanés, Hezbolá, desde 2013. Aunque Tel Aviv inicialmente eludió la responsabilidad de los ataques, recientemente ha admitido públicamente haber atacado al aeropuerto de Damasco y otros objetivos militares.
Rusia, el gran patrocinador de Damasco, ignoró en gran medida tales operaciones hasta el pasado septiembre, cuando un avión ruso fue derribado accidentalmente por el régimen sirio, que lo confundió con un avión israelí. Los 15 miembros del personal ruso a bordo murieron, y Moscú acusó a Israel de ser indirectamente culpable debido a sus ataques "hostiles" en territorio sirio.
Mientras que Israel suele informar a Rusia antes de sus ataques aéreos a través de una línea telefónica especial establecida en 2015, el Ministerio de Defensa dijo que solo se le informó de la operación planeada un minuto antes, rompiendo el protocolo previamente establecido. El incidente causó una ruptura entre Tel Aviv y Moscú, y Putin, según informes, evitó una reunión con Netanyahu en el Foro de París sobre la Paz en noviembre.
Sin embargo, la relación parecía haberse arreglado en la reunión de esta semana, la primera desde que se derribó el avión, y la fuente diplomática agregó que la crisis estaba "detrás de nosotros".
Tanto Irán como Rusia han respaldado al régimen del presidente Bashar Al-Assad en el conflicto de ocho años contra las fuerzas revolucionarias en el país. Si bien Irán ha enfatizado que sus unidades militares permanecerán en Siria y contribuirán a su reconstrucción, Teherán enfrenta sus propios desafíos tras la reimposición de las sanciones de Estados Unidos por parte del presidente Donald Trump el año pasado.
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