La Interpol ha expedido una circular roja para el arresto de 20 sospechosos presuntamente involucrados en el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, incluido un importante asesor del poderoso príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman.
La circular, emitida el jueves a petición del gobierno turco, menciona a Saud al-Qahtani, uno de los principales asesores de bin Salman, así como al ex jefe del ejército del país, Ahmed al-Assiri.
Se cree que los sospechosos estuvieron involucrados en el asesinato y desmembramiento de Khashoggi, un columnista del Middle East Eye y del Washington Post, en el interior del consulado de Estambul en Arabia Saudí el 2 de octubre, informó el diario turco Sabah.
A pesar de las afirmaciones de que Qahtani fue despedido por el liderazgo saudí tras el asesinato de Khashoggi, el Washington Post y el Wall Street Journal informaron que Qahtani continúa asesorando al príncipe heredero.
El cónsul general saudí en Estambul en el momento del asesinato, Mohammed al-Otaibi, también se encuentra entre las 20 personas que figuran en la circular roja de Interpol.
El aviso hace que los sospechosos, todos los cuales son ciudadanos saudíes, puedan ser arrestados provisionalmente en cualquier parte del mundo.
Citando al Ministerio de Justicia turco, el Daily Sabah dijo que la circular roja se expidió originalmente el 1 de marzo como parte de una investigación de la Oficina del Fiscal General de Estambul sobre el asesinato de Khashoggi.
Interpol se negó a hacer comentarios el jueves, dijo Reuters.
La noticia llegó al tiempo que Turquía criticaba los intentos de Arabia Saudí de cerrar una investigación internacional sobre el asesinato del periodista.
Más temprano, el jefe de la comisión de derechos humanos de Arabia Saudí, Bandar bin Mohammed al-Aiban, dijo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que los acusados del “atroz crimen" y el "desafortunado accidente" en su consulado de Estambul se enfrentarían a un proceso interno.
Anteriormente, los funcionarios saudíes dijeron que 11 personas habían sido acusadas en relación con el asesinato de Khashoggi y que cinco sospechosos se enfrentarán a la pena de muerte.
El jueves, Aiban dijo que los sospechosos se habían enfrentado a tres audiencias hasta ahora en Arabia Saudí con sus abogados presentes. Sin embargo, no dio nombres ni otros detalles, ya que las identidades de los sospechosos aún no se han hecho públicas.
Aiban también rechazó cualquier investigación externa sobre lo que le sucedió a Khashoggi.
"Lo que nos están transmitiendo ciertos medios de comunicación con respecto a la necesidad de que internacionalicemos algunos de estos asuntos es algo que no aceptamos porque esas demandas representan una interferencia en nuestros asuntos internos y en nuestro sistema judicial nacional", dijo al foro en Ginebra.
Saudíes bajo presión
Fahrettin Altun, director de comunicaciones de la presidencia turca, criticó los comentarios de Aiban y dijo que Turquía estaba "profundamente preocupada" por su objeción a una investigación internacional sobre el asesinato de Khashoggi.
"Nos resulta difícil entender por qué un funcionario que trabaja en el área de derechos humanos posiblemente no se verá afectado por los esfuerzos de arrojar luz sobre todos los aspectos del asesinato de Khashoggi, el cual recibió una respuesta global", dijo Altun en un comunicado.
“Nos gustaría suponer que los comentarios del señor al-Aiban reflejaban sus puntos de vista personales más que la posición oficial del Reino de Arabia Saudí, nuestro amigo y familia".
Mientras los funcionarios saudíes continúan rechazando los llamamientos para una investigación independiente, también continúan discutiendo las acusaciones de que el príncipe heredero del país estuviese involucrado en el asesinato de Khashoggi.
La CIA concluyó a finales del año pasado que bin Salman ordenó el asesinato del periodista, una acusación que ha sido repetida por senadores estadounidenses y otros observadores.
Mientras tanto, grupos de derechos humanos, así como docenas de gobiernos extranjeros, han instado a Arabia Saudí a cooperar con una investigación dirigida por las Naciones Unidas sobre el crimen.
Esta semana, más de 30 países, incluidos los 28 estados miembros de la Unión Europea, censuraron al gobierno saudí en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por su historial de derechos humanos.
También condenaron el asesinato de Khashoggi "en los términos más claros posibles".
Agnes Callamard, reportera especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, estuvo en Turquía a finales de enero para investigar lo que le sucedió al periodista.
La misma dijo el mes pasado que Khashoggi "fue víctima de un asesinato brutal y premeditado, planeado y perpetrado por funcionarios del Estado de Arabia Saudí".
Callamard no nombró a ningún funcionario estatal saudí específico en su declaración. Se espera que presente un informe completo sobre el asesinato a la ONU en junio.