El embajador de Estados Unidos en Yemen, Matthew Tueller, acusó ayer al grupo hutí por “no cumplir con sus obligaciones" en virtud del acuerdo de paz liderado por las Naciones Unidas (ONU) sobre la ciudad portuaria de Hodeida.
En una conferencia de prensa celebrada en la capital yemení de Adén, Tueller dijo que las armas de los hutíes representan una amenaza para Yemen y los países de la región.
"El hecho es que hay grupos que tienen armas, incluidas armas pesadas e incluso armas que pueden amenazar a los países vecinos", advirtió Tueller, señalando que las armas en posesión de los hutíes no estaban "bajo el control de las instituciones del estado".
"Este es un grave peligro para la región y para Yemen", reiteró.
Al referirse a las fuerzas respaldadas por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) que han estado realizando algunas operaciones en el sur de Yemen, el diplomático estadounidense destacó que Estados Unidos "no apoya a los grupos que buscan dividir a Yemen".
Estados Unidos, señaló Tueller, está "enormemente frustrado por los retrasos y el estancamiento por parte de los hutíes en la implementación de lo que acordaron en Suecia". Sin embargo, agregó que Washington todavía tenía la esperanza de que el acuerdo sea implementado por todas las partes involucradas.
"Tengo una gran confianza en el enviado de la ONU y en lo que está haciendo", dijo.
El funcionario estadounidense reafirmó que su país estaba dispuesto a "trabajar con otros para intentar implementar el acuerdo de Suecia".
En diciembre, la ONU mantuvo conversaciones de paz en Suecia entre el grupo de los hutíes alineado con Irán y el gobierno de Yemen respaldado por Arabia Saudí, que alcanzó un acuerdo de alto el fuego y una retirada de tropas para Hodeida - el punto de entrada para la mayoría de los productos comerciales y suministros de ayuda de Yemen, y un sustento para millones de yemeníes al borde de la inanición. El pacto fue el primer gran avance en los esfuerzos para poner fin a la guerra de cuatro años de Yemen.
Según el acuerdo, la ONU esperaba que millones de yemeníes necesitados, en un país del que las organizaciones humanitarias dijeron estar "al borde de la hambruna", recibirían asistencia alimentaria y sanitaria adecuadas.
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