El ministro de Educación de Israel, Naftali Bennett, y la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, pidieron que se intensifique el bombardeo de la Franja de Gaza tras una noche de fuertes ataques aéreos en el territorio. Ambos ministros, que codirigieron el partido Nueva Derecha (Hayemin Hehadash) después de separarse del partido Hogar Judío en diciembre, han pedido a Israel que incremente sus ataques contra el enclave asediado.
Hablando en una reunión de residentes en Kibbutz Alumim, una comunidad israelí ubicada cerca de la valla fronteriza, Bennett pareció abogar por el bombardeo de civiles y asesinatos selectivos cuando dijo: "Atacar un edificio vacío y después sentirse bien, como si esto fuera lo que disuade a Hamás, es una tontería, no funciona”. Añadió que espera que el primer ministro Benjamin Netanyahu dé al ejército israelí una orden para cortar las capacidades de Hamás.
Netanyahu, quien también es ministro de Defensa de Israel, interrumpió ayer su viaje de dos días a los Estados Unidos para hacer frente a la situación en Gaza. Se comprometió a "gestionar las operaciones [de Israel] de cerca".
Bennett también calificó de "vergonzoso" los informes de un alto el fuego mediado por los egipcios, y dijo que haría todo lo posible por evitar que esto sucediera. "No hay ningún país en el mundo que no pueda exigir un precio por los misiles lanzados contra sus ciudadanos, y no hay ningún país en el mundo donde la sangre de sus ciudadanos sea tan ignorada como en la situación que hemos visto en los últimos días”, insistió.
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Mientras tanto, la antigua aliada de Bennett, Ayelet Shaked, también utilizó la crisis actual en Gaza como una oportunidad para expresar sus opiniones. "Hamás simplemente no nos tiene miedo", dijo al periódico israelí de derecha Arutz Sheva. "El hecho de que haya misiles dirigidos a todo el Estado de Israel sin impedimento es algo que no debemos aceptar".
Shaked elogió el enfoque extremista de Bennett. “El ministro Naftali Bennett ha tenido una posición muy consistente durante años, en la que tenemos que dejar de tener miedo y dejar de contenernos [...], sino atrevernos y ganar. Podemos disuadir a Hamás. Es solo cuestión de tomar la decisión de hacerlo".
La ministra de Justicia de Israel también criticó el enfoque de Netanyahu sobre el enclave, que muchos de la derecha consideran débil. “Nosotros [ella y Netanyahu] no estamos de acuerdo con el enfoque general. No debemos contenernos y pagar a Hamás a cambio de protección. Tienen que tener miedo de nosotros. Tienen que ser disuadidos y no debemos permitir que ocurra este desmán".
Esta crítica del enfoque de Netanyahu en la Franja de Gaza ha sido el tema favorito de los políticos de derecha durante algún tiempo. En noviembre, el mismo desacuerdo llevó al entonces ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, a renunciar a su cargo, dejando que Netanyahu se hiciera cargo él mismo.
Hablando en ese momento después de una operación fallida por parte de Israel, en la que siete palestinos y un israelí murieron y que tuvo como consecuencia una serie de ataques nocturnos en Gaza, Lieberman dijo: "Lo que ocurrió ayer respecto al alto el fuego [...] es sumisión al terror". Lo que estamos haciendo en realidad es comprar tranquilidad a corto plazo [en Gaza] y el precio dificultará la seguridad [de Israel] a largo plazo".
Esta crítica ha alcanzado un punto álgido al acercarse las elecciones generales de Israel. Los comentaristas han especulado que la amenaza de otra ofensiva contra civiles palestinos en Gaza podría ser realmente beneficiosa para la reelección de Netanyahu el 9 de abril, dándole la oportunidad de demostrar que puede ser duro con Hamás, que gobierna en la Franja tras ganar las últimas elecciones en 2006.
The Times of Israel señaló ayer que, semanas antes de las elecciones de 2009 y 2013, el gobierno lanzó sus ofensivas militares de 2008 y 2012 contra Gaza después de haber sido impulsado por "llamamientos a una fuerte represalia" a los presuntos lanzamientos de misiles. Si sucede lo mismo otra vez, celebrándose las elecciones en dos semanas a partir de hoy, Israel podría enfrentar unas elecciones en la que el país acudirá a las urnas durante el tiempo de guerra.