La Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés) dijo que los ataques químicos documentados en Siria han ascendido a casi 221 ataques desde el 23 de diciembre de 2012, la fecha del primer uso registrado de armas químicas en el país, hasta el 4 de abril.
Esta información llegó en un informe publicado el jueves, con motivo del segundo aniversario de la masacre de Khan Shaykhun cometida por el régimen sirio, que es el segundo ataque químico más grande en Siria en cuanto a víctimas se refiere después del ataque de Damasco al este y al oeste de Guta en agosto de 2013.
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— Syrian Network (@snhr) April 3, 2019
La declaración dijo que el régimen sirio es responsable de 216 ataques químicos, principalmente en las provincias de Damasco e Idlib, mientras que Daesh es responsable de los cinco ataques en la provincia de Alepo.
La declaración señaló que estos ataques mataron al menos a 1.461 personas, todas las cuales murieron en ataques del régimen sirio. Se distribuyen de la siguiente manera: 1.397 civiles, incluyendo 185 niños y 252 mujeres, 57 combatientes armados de la oposición y siete prisioneros del régimen sirio que se encontraban en una prisión de la oposición.
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Según el informe, los ataques con productos químicos causaron lesiones a al menos 9.885 personas, de las cuales 9.753 resultaron heridas tras los ataques del régimen sirio y 132 resultaron heridas tras los ataques de Daesh.
La gran masacre química en Siria tuvo lugar en los distritos de Guta Oriental y Sham el 21 de agosto de 2013, donde murieron más de 1.400 civiles y muchos otros, en su mayoría niños y mujeres, se vieron afectados.
El régimen sirio cometió su segunda masacre química más grande el 4 de abril de 2017 en la ciudad de Khan Shaykhun, en la campiña de la provincia de Idlib, que causó la muerte de más de 100 civiles. El 7 de abril del año pasado, las fuerzas de Al-Assad llevaron a cabo una nueva masacre con armas químicas en Guta Oriental, asesinando a 78 civiles, en su mayoría niños y mujeres.
Tras la primera masacre de Guta en 2013, y como resultado de una gran presión internacional, el régimen de Al-Assad acordó entregar y destruir su arsenal de dichas armas bajo la supervisión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW).
Sin embargo, el régimen de Al-Assad continuó utilizando armas químicas más tarde, lo que llevó a las Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas a declarar que Al-Assad no había entregado todo su arsenal químico.