Arabia Saudí usa sistemáticamente la pena de muerte para aplastar a las figuras de la oposición, ha dicho Amnistía Internacional, señalando que la Fiscalía del país planea ejecutar a más activistas.
El Ministerio Público de Arabia Saudí planea más ejecuciones de quienes piden la libertad de expresión, dijo que el prominente predicador Sheikh Salman Al-Owdeh es uno de los objetivos de la ejecución, informó ayer Al-Sharq.
Según Amnistía, Arabia Saudí, Egipto, Irak e Irán encabezaron su lista de países que llevan a cabo ejecuciones, y que sus sentencias a pena de muerte han aumentado un 75 por ciento en comparación con el año pasado. Cuatro nuevos activistas se enfrentan a la pena de muerte en Arabia Saudí por su participación en protestas que piden una reforma en la provincia oriental del país.
Arabia Saudí ha llevado a cabo una nueva campaña contra activistas, el número de personas encarceladas asciende a 14. Todos estos activistas son hombres, con la excepción de dos mujeres, una de las cuales está embarazada. Dos de estos últimos prisioneros tienen pasaportes estadounidenses. Aunque la mayoría no son figuras prominentes de la oposición, han expresado su apoyo a los derechos de las mujeres y otras reformas que han llevado a su detención.
Muchos prisioneros dentro de las instalaciones saudíes fueron arrestados sin cargos, pero desde entonces se enfrentan a la extorsión, algunos pidieron que pasen parte de sus propiedades al Reino para evitar largas penas de prisión.
Hay prisioneros que son miembros de la familia real saudí, como el empresario multimillonario Al-Walid Bin Talal, quien fue liberado después de ceder una parte de su propiedad al Reino.