Para finales de 2019, los combates en Yemen se habrán cobrado alrededor de 102.000 vidas, según nuevas cifras de las Naciones Unidas que indican que la guerra ha matado a muchas más personas de las que se informó anteriormente.
Un informe comisionado por la ONU por la Universidad de Denver también reveló que más yemeníes se estaban muriendo de hambre, enfermedades y la falta de clínicas de salud y otra infraestructura que en los combates.
Unos 131.000 yemeníes habrán muerto a causa de estos efectos secundarios del conflicto entre el inicio de 2015 y el final de 2019, según el estudio de 68 páginas, titulado Evaluación del impacto de la guerra en el desarrollo en Yemen.
La cifra combinada de muertes —de enfrentamientos y enfermedades— es de 233.000, o el 0’8 por ciento de la población de 30 millones de personas en Yemen.
Los investigadores también dijeron que esos cinco años de conflicto le habrán costado a la economía de Yemen 89.000 millones de dólares.
"Es peor de lo que la gente esperaba", dijo Jonathan Moyer, profesor asistente y autor principal del informe, a Middle East Eye.
"Es uno de los conflictos internos de mayor impacto desde el final de la Guerra Fría. A la par con Irak, Sierra Leona, Libera y la República Democrática del Congo, conflictos con un impacto en el desarrollo que dura una generación ".
Según Moyer, la gran mayoría de las víctimas del conflicto de Yemen son niños menores de cinco años. El informe dice que un niño muere a causa de la guerra y sus efectos secundarios cada 11 minutos y 54 segundos.
"Se puede y se debe hacer más para detener este conflicto".
El equipo de Moyer también calculó las pérdidas de Yemen si la guerra se prolongara hasta 2030.
Si los combates continúan hasta entonces, la cifra de muertos alcanzaría los 1,8 millones, la economía habría perdido 657.000 millones de dólares, el 84 por ciento de los yemeníes estaría desnutrido y el 71 por ciento viviría en la pobreza extrema, dijeron los investigadores.
“El actual conflicto en Yemen ya ha revertido el desarrollo humano en 21 años", dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
“El estudio advierte sobre un impacto exponencialmente creciente del conflicto en el desarrollo humano. Augura que si la guerra termina en 2022, los avances en el desarrollo se habrán retrasado 26 años, y eso es casi una generación ", dijo Dujarric.
Arabia Saudí lidera una coalición militar respaldada por Occidente que intervino en Yemen en 2015 para restaurar al gobierno del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, que fue expulsado del poder en la capital, Sanaa, por los rebeldes hutíes en 2014.
Las partes en conflicto llegaron a un acuerdo de alto al fuego en una serie de conversaciones dirigidas por la ONU en Estocolmo en diciembre, negociando también el retiro de tropas de la ciudad portuaria de Hodeidah, en el Mar Rojo, un sustento de alimentos, combustible, medicamentos y otras ayudas para millones de yemeníes.
La tregua se ha mantenido en gran medida, pero la redistribución de los soldados se ha estancado, y cada una de las partes ha culpado a la otra por haber descarrilado el trato, el primer gran avance en los esfuerzos de paz en más de cuatro años con miras a una mayor resolución política.
El conflicto, que ha llevado al país más pobre de la Península Arábiga al borde de la hambruna, se considera en gran parte como una guerra de poder entre Arabia Saudí e Irán, pero los hutíes niegan recibir apoyo de Teherán.
“Los niveles de sufrimiento que soportan los niños de Yemen es devastador", dice el informe.
"La comunidad internacional debe unirse para garantizar la resolución pacífica del conflicto en Yemen y promover un camino hacia la recuperación".
Vía Arabia.Watch