Según informa Reuters, el comandante de las fuerzas del este de Libia, Khalifa Haftar, instó a sus tropas a luchar por Trípoli con más dureza y darles una lección a sus enemigos, ya que el mes musulmán de Ramadán que comienza en Libia el lunes fue un mes de guerra santa.
Sus comentarios se produjeron pocas horas después de que las Naciones Unidas pidieran una tregua humanitaria de una semana después de un mes de lucha por la capital, que ha desplazado a 50.000 personas.
La fuerza del Ejército Nacional Libio (LNA) de Haftar, que está aliada a un gobierno paralelo en el este, no ha podido violar las defensas del sur de Trípoli, que está en manos de un gobierno reconocido internacionalmente.
En una grabación de audio emitida por el portavoz de su fuerza, Haftar dijo que Ramadán no había sido una razón para detener batallas anteriores, cuando se apoderó de las ciudades orientales de Benghazi y Derna mientras expandía su poder y el país se convirtió en un caos tras el derrocamiento de Muammar Gaddafi en 2011.
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"Oficiales y soldados en nuestras fuerzas armadas y en las fuerzas auxiliares, les saludo en estos días gloriosos y les insto con su fuerza y determinación a enseñar al enemigo una lección mayor que las anteriores, como siempre hemos sabido que lo harían, hasta que lo arranquemos de nuestra querida tierra”, dijo Haftar.
En una declaración anterior, la Misión de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) hizo un llamamiento para comenzar una tregua a partir de la mañana del lunes a las 4:00 hora local, para coincidir con el inicio del Ramadán.
"La UNSMIL hace un llamamiento a todas las partes para que presten ayuda humanitaria a los necesitados y garanticen la libertad de movimiento de los civiles durante esta tregua", dijo la UNSMIL en un comunicado.
Los bombardeos de artillería se pudieron escuchar el domingo desde las afueras del sur de la capital, donde el LNA ha estado tratando de romper las defensas de las fuerzas de Trípoli.
El LNA de Haftar, un antiguo general de Gadafi, se apoderó del sur del país escasamente poblado pero rico en petróleo a principios de este año, antes de volverse contra Trípoli el mes pasado.
El conflicto renovado amenaza con interrumpir los suministros de petróleo, impulsar la migración a través del Mediterráneo hacia Europa y desbaratar los planes de la ONU para una elección que ponga fin a las rivalidades entre las administraciones paralelas en el este y el oeste.
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