La lucha contra la mutilación genital femenina (MGF) debería convertirse en una prioridad mundial, como el VIH/SIDA, según activistas preocupados por la creciente evidencia de que esta práctica abusiva estaba más extendida de lo que se pensaba, informa Reuters.
El antiguo ritual, que implica la eliminación parcial o total de los genitales externos, puede causar problemas de salud graves. Nadie sabe cuántas niñas se desangran o mueren más adelante debido a complicaciones relacionadas con el parto.
Según la información de la ONU, la MGF afecta a unas 200 millones de niñas y mujeres en todo el mundo, pero algunos activistas dijeron que se trataba de una "subestimación masiva", ya que ignoraba la verdadera propagación geográfica de la MGF y omitía a niñas y mujeres mayores.
El cálculo de la ONU se basa en datos de 30 países, casi todos en África, mientras que los activistas de la conferencia ‘Women Deliver’ en Canadá dijeron que había estudios o pruebas circunstanciales que muestran que la MGF ocurrió en más de 30 países.
"Estamos aprendiendo todos los días que hay más áreas donde esto está sucediendo", dijo Shelby Quast, directora del grupo de derechos de las mujeres Equality Now.
"Dondequiera que haya verdaderos focos de conservadurismo, de patriarcado, estamos empezando a ver que ésta es otra forma de controlar los cuerpos de las mujeres y de controlar a las mujeres".
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Los países que no se tomaron en cuenta en los datos de las Naciones Unidas fueron Georgia, Rusia, Omán, Sri Lanka, Irán, India, Pakistán, Malasia, Tailandia y Singapur.
A principios de este año, una mujer de una estricta comunidad de cristianos blancos estadounidenses en el estado de Kentucky le contó a la Fundación Thomson Reuters cómo se había sometido a la MGF cuando era niña.
La historia provocó una reacción violenta de algunos cristianos, pero Quast dijo que casos similares habían salido a la luz.
Algunos activistas también se sorprendieron por un estudio médico publicado el fin de semana que mostraba que la MGF se practicaba en Arabia Saudí, un país que no está tradicionalmente vinculado con el ritual.
"Sabemos que sucede en todos los continentes, pero lo que no tenemos son buenos datos", dijo Quast. "Si no se puede contar, es muy difícil obtener financiación para terminar con esta práctica".
Orchid, la organización benéfica británica contra la MGF, estimó que la financiación global para la MGF era de aproximadamente 200 millones de dólares para el período de 2018 a 2021.
El VIH en comparación, que afecta a unos 37 millones de personas, atrajo 20.000 millones de dólares en fondos en 2017.
"No queremos socavar la importancia del movimiento contra el VIH, queremos aprender de este movimiento", dijo la fundadora de Orchid, Julia Lalla-Maharajh, a la Fundación Thomson Reuters en Women Deliver, la conferencia de igualdad de género más grande del mundo.
Lalla-Maharajh dijo que el VIH, como la MGF, fue una vez un problema descuidado y tabú con activistas populares y supervivientes que contribuyeron a galvanizar la acción mundial.
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Los activistas pidieron que se aumentara la recopilación de datos para evaluar completamente la escala global de la MGF y orientar mejor los esfuerzos para ponerle fin.
Quast dijo que había una brecha particular en materia de información de América del Sur.
Los líderes mundiales se han comprometido a poner fin a la MGF para 2030 en virtud de los objetivos de desarrollo global acordados en 2015. Los activistas dijeron que una mejor información ayudaría a los gobiernos a rendir cuentas sobre el cumplimiento de sus promesas.
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