Donald Trump ordenó ataques militares contra Irán, pero decidió detenerlos cuando el ejército de Estados Unidos se estaba preparando para atacar objetivos iraníes, informaron dos medios de comunicación estadounidenses, citando a funcionarios de la administración anónimos.
No está claro por qué el presidente de los EE.UU. cambió de opinión después de autorizar los ataques. La operación ya estaba "en marcha en sus primeras etapas" cuando fue cancelada, informó el New York Times a última hora del jueves.
El Washington Post también confirmó dicha información.
Los ataques habrían surgido como respuesta al derribo de un avión de vigilancia estadounidense en el Golfo por parte de las fuerzas iraníes el día anterior.
Teherán había dicho que el avión no tripulado estaba sobre sus aguas territoriales, calificando al incidente como una "flagrante violación del derecho internacional" por parte de los Estados Unidos. Pero los funcionarios en Washington han insistido en que el avión no tripulado había volado sobre aguas internacionales.
Anteriormente el jueves, Trump especuló que el avión no tripulado podría haber sido derribado por error, aunque el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán había asumido la responsabilidad del incidente.
"Creo que probablemente Irán cometió un error, me imagino que fue un general o alguien que cometió un error al derribar ese avión", dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca.
Por su parte, Teherán se quejó ante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtiendo que "tomará todas las medidas necesarias y apropiadas contra cualquier acto hostil que viole su territorio".
En una carta a Guterres, el enviado iraní Majid Takht Ravanchi dijo que Washington estaba comprometido en una "medida ilegal e inestable en la ya volátil región del Golfo Pérsico".
Más tarde en Washington, Trump se reunió con los principales líderes de los dos partidos principales en el Congreso para evaluar la posible respuesta contra Irán.
"El presidente puede no tener la intención de ir a la guerra, pero nos preocupa que él y la administración puedan acabar ahí", dijo Chuck Schumer, el principal demócrata en el Senado, tras la reunión.
Después de semanas de crecientes tensiones entre Teherán y Washington, los legisladores y los analistas han expresado su preocupación sobre la posibilidad de una guerra que podría ser devastadora.
El ejército estadounidense planeaba atacar a un "puñado de objetivos iraníes" el jueves por la noche, según el Times.
El periódico estadounidense informó que el asesor de seguridad nacional John Bolton, el secretario de Estado Mike Pompeo y la directora de la CIA, Gina Haspel, estaban respaldando los ataques, pero los funcionarios del Pentágono temían que pudiera convertirse en un conflicto mayor.
"La mayor amenaza es la de una escalada involuntaria", dijo a MEE el mes pasado Suzanne Maloney, subdirectora del programa de política exterior de la Brookings Institution.
"No creo que ninguna de las partes quiera precipitar un conflicto militar bilateral a gran escala. Pero está claro que hay herramientas a disposición de ambos países que pueden desplegarse para precipitar una crisis más allá de donde estamos hoy".
Las tensiones comenzaron a incrementarse bruscamente a principios de mayo, cuando Washington desplegó activos militares en el Golfo en medio de informes de inteligencia sobre los planes iraníes para golpear a las tropas e intereses estadounidenses en la región.
Desde entonces, los Estados Unidos han culpado a Teherán por una serie de ataques en la región, incluidos los ataques contra dos petroleros en el Golfo de Omán.
Irán ha negado la responsabilidad de los ataques.
Cuando le preguntaron si está dispuesto a ir a la guerra con Irán el jueves, Trump dijo: “Ya lo veréis".
Vía Arabia.Watch