Todos piensan que Donald Trump necesita con urgencia la aceptación de Irán para negociar. Según el presidente de los Estados Unidos, quiere negociaciones sin condiciones y con el único objetivo de garantizar que Irán no obtenga armas nucleares.
¿Por qué necesita que Irán acepte negociar? Ésta es una pregunta importante, cuya respuesta es una guía para que todos sepan cómo se manejan las batallas políticas.
Trump solo está interesado en iniciar negociaciones con Irán y cree que puede dirigirlas como le plazca y de acuerdo a su agenda, no a la de Irán. Después de una serie de contratiempos desde que se convirtió en presidente -el muro fronterizo de México, el seguro médico, una guerra comercial, la retirada del acuerdo climático, un intento de destruir a la ONU y congelar a la UNRWA- Trump no puede estar seguro del resultado de su reelección a menos que Irán acepte negociar.
Esta escalada y los dramáticos preparativos para lo que está sucediendo en el Golfo -incluidos los ataques contra los petroleros en el Golfo de Omán, que posiblemente fueron llevados a cabo por Israel; derribar el avión espía no tripulado y no un avión con gente a bordo; Trump primero elogiando la sabiduría de Irán y luego lanzando un ciberataque para paralizar los radares y las baterías de misiles; las conversaciones del asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Bolton, con el primer ministro israelí y sus amenazas de guerra- son signos de que alguien perdió los nervios y se siente devorado por la ansiedad y las preocupaciones sobre el futuro. Trump es claramente alguien con un solo objetivo y ése es ganar las elecciones de 2020 y regresar a la Casa Blanca, sin importar lo que ocurra después de eso. Ésta es la esencia de su racismo destructivo, sionismo y narcisismo.
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De hecho, el presidente de los Estados Unidos ha sido engañado por su propia arrogancia y desorientado por los aliados occidentales, que no conocen el significado de la dignidad ni entienden que los pueblos antiguos tienen siglos de sabiduría y experiencia para apoyarse, así como el carácter y la voluntad de recuperar sus derechos.
Las predicciones occidentales convencieron a Trump de que la presión económica, el bloqueo y las amenazas harían que Irán se pusiera de rodillas y que el gobierno de Teherán corriera a la mesa de negociaciones. Se sorprendió cuando el líder supremo de Irán le dijo al primer ministro japonés que Irán se niega a negociar con Washington y que no respondería al mensaje de Trump porque el presidente de Estados Unidos no merece una respuesta por su parte. Éstas son palabras nacidas del orgullo nacional y la voluntad del pueblo de luchar contra los opresores y apoyar a los oprimidos.
El primer ministro Shinzō Abe entendió exactamente lo que Ali Khamenei quería decir, porque Japón también es una nación profundamente arraigada en la dignidad y su patrimonio cultural y civilizado. Además, tiene la experiencia dentro de la memoria viva de ser el objetivo de las armas nucleares estadounidenses que se lanzaron sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Por lo tanto, Trump realmente necesita la aprobación de Irán para tener éxito en las elecciones presidenciales del próximo año; él, en efecto, ha puesto su futuro en las manos de Teherán. Los iraníes pueden fallarle o ayudarlo, lo cual es un logro. No obstante, esto no lo disuade. Anunció que había un ataque planeado contra Irán, pero que lo canceló a sólo 10 minutos para el final porque su bondadoso corazón no podía matar a 150 civiles a cambio de un avión no tripulado. Es lo suficientemente tonto como para pensar que Irán ha olvidado la gran cantidad de personas asesinadas por las tropas y armas estadounidenses en Iraq, Siria, Afganistán y Yemen.
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Mientras el presidente de los Estados Unidos sigue diciendo que Irán está actuando sabiamente, su yerno Jared Kushner falló en Bahréin y su compañero de seguridad Bolton recurrió a Benjamin Netanyahu, quien hizo declaraciones descaradas y racistas de que Irán está atacando a Yemen, Siria, Iraq y el Líbano, una referencia al apoyo a la coalición de resistencia que se niega a normalizar las relaciones con Israel. Dicha retórica, por supuesto, no va dirigida a la opinión pública en la región, sino a los palacios ocupados por quienes trabajan para la administración de los Estados Unidos y sus servicios de seguridad, incluido el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammad Bin Salman, quien, según algunos, fue contratado por Kushner y su esposa Ivanka, la hija de Trump. Bin Salman es aparentemente manipulado con facilidad por Kushner y es utilizado como el conducto para vaciar la riqueza árabe y musulmana en los bolsillos sionistas, así como en el complejo industrial-militar de Estados Unidos.
Con todo esto sucediendo, por lo tanto, supongamos que Donald Trump está evitando atacar a Irán y se prepara para las conversaciones con Teherán. Sugiero que insistamos en que las negociaciones sean sobre todas las armas nucleares en Oriente Medio, no solo sobre el programa nuclear de Irán. Tengamos el desarme nuclear de Israel, al igual que Trump quiere desarmar a Corea del Norte. ¿Por qué Israel debería ser la excepción?
Escrito por Basham Abu Sharif, este artículo apareció por primera vez en árabe en Rai Alyoum el 25 de junio de 2019.
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