El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, negó ayer haber buscado apoyo para enmendar la ley de inmunidad para los miembros de la Knesset israelíes, informó Arab48.
Netanyahu dijo en un vídeo en directo de Facebook desde una cafetería cerca de su residencia que "nadie está cambiando la ley, no necesita ser cambiada, y no lo necesitaré en absoluto".
Agregó: "No es necesario en absoluto porque nunca ha habido nada y no habrá nada", refiriéndose a los casos de corrupción en los que ha estado involucrado.
The Times of Israel informó que, a raíz de las elecciones de la Knesset en abril, el Likud "estaba condicionando la afiliación de la coalición en apoyo a un proyecto de ley que le facilitaría [a Netanyahu] conservar la inmunidad de la acusación".
Según el periódico israelí, el plan consistía en obtener inmunidad a través de la Knesset, y luego cancelar la autoridad para anular dicha inmunidad por parte del Tribunal Supremo de Israel.
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Netanyahu ha estado involucrado durante mucho tiempo en tres casos de corrupción separados, denominados Caso 1000, Caso 2000 y Caso 4000 respectivamente. En el caso 1000, Netanyahu está acusado de aceptar regalos lujosos de dos empresarios influyentes a cambio de una legislación favorable y favores personales.
En el caso 2000, Netanyahu está siendo investigado por prometer a Arnon Mozes, el propietario del periódico israelí Yedioth Aronoth, que reducirá la circulación de Israel Hayom, la principal publicación de la competencia de Mozes, a cambio de una cobertura favorable de él y sus políticas.
En el Caso 4000, a veces conocido como el caso Bezeq, Netanyahu está acusado de proporcionar beneficios regulatorios a Shaul Elovitch, el propietario del gigante de telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura favorable en la página de noticias Walla de Elovitch. Debido a la similitud de los casos y la superposición de personalidades y testigos clave, Mandelblit había vinculado los tres casos, negándose a emitir un veredicto en un caso mientras que el otro todavía estaba siendo investigado.
Aunque las figuras de la oposición han pedido a Netanyahu que renuncie a la luz de las recomendaciones del fiscal general, la ley israelí no le exige que renuncie a su cargo de primer ministro a menos que sea formalmente acusado y condenado. Por su parte, Netanyahu ha bromeado previamente diciendo que está "listo para dejar" su puesto como primer ministro, pero que "no tiene a nadie con quién dejar las llaves".