Las fuerzas del régimen sirio han abierto un "corredor humanitario" en la provincia de Idlib, en el noroeste del país devastado por la guerra, para permitir que la gente salga del territorio controlado por la oposición y cruce al territorio del régimen, informaron hoy las noticias del estado sirio.
Citando una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Agencia Árabe Siria de Noticias (SANA) informó que Damasco "anuncia la apertura de un corredor humanitario" en la aldea de Soran, en el extremo sur del territorio controlado por la oposición.
El corredor supuestamente permitiría a los civiles que residen en Idlib abandonar con seguridad la parte sur de la provincia. Según el comunicado, el corredor evacuará "a los civiles que desean abandonar las zonas controladas por terroristas en el norte de Hama y el área de campo del sur de Idlib".
El gesto aparentemente humanitario por parte del ejército sirio se produce después de bombardear la provincia –la última fortaleza importante de la oposición siria– para recuperarla, matando a cientos de personas, hiriendo a miles y destruyendo numerosas aldeas, hospitales y escuelas en el proceso. El asalto aéreo y terrestre en curso comenzó en abril y se ha intensificado en los últimos meses, con el despliegue reciente de tropas rusas y fuerzas iraníes en la provincia para luchar junto al ejército del régimen sirio del presidente Bashar Al-Assad.
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Durante la semana pasada, el régimen y sus aliados han estado avanzando rápidamente en la campaña para recuperar Idlib, con la última pérdida devastadora para la oposición siria durante el fin de semana y el lunes, cuando la ciudad de Khan Sheikhoun y sus colinas y puestos de control circundantes cayeron en manos del régimen.
El anuncio del corredor y la supuesta salida segura de los civiles de la provincia se asemeja a las promesas anteriores del régimen de una reconciliación con los combatientes de la oposición, los civiles de antiguas áreas controladas por la oposición y los refugiados de países vecinos como el Líbano que, después de regresar a sus hogares, fueron objeto de represión y tortura bajo el régimen. También se teme un resultado similar para cualquier civil que acepte la oferta de pasar por el "corredor humanitario".
Sin embargo, los que permanezcan serán sometidos a bombardeos por las fuerzas del régimen y sus aliados, con la perspectiva de avanzar más al norte hacia la frontera turca y enfrentarán la posibilidad de convertirse en refugiados.
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