- Escrito por Suraya Dadoo
En 2015, dos años después de que estallara una devastadora guerra civil en Sudán del Sur que llevó a millones de personas al borde de la inanición, el gobierno de Sudán del Sur lanzó un proyecto agrícola multimillonario llamado Green Horizon. El objetivo del proyecto era desarrollar granjas para que Sudán del Sur pudiera alimentar a su gente y producir excedentes para la exportación.
La licitación para el urgente proyecto se adjudicó a Israel Ziv, un ex director de operaciones del ejército israelí que ayudó a Israel en su desarrollo agrícola. Fue la única aventura de ese tipo por parte de Ziv en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, en lugar de luchar contra el hambre, Green Horizon se utilizó para alimentar el mortal conflicto entre el presidente Salva Kiir y su ex diputado y compañero líder rebelde, Riek Machar.
En julio, el periodista de investigación con sede en Juba, Sam Mednick, que informaba para el Proyecto de Informe de Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP), reveló cómo Ziv transfirió al menos 140 millones de dólares al banco central de Sudán del Sur para la venta de armas israelíes al gobierno. Ziv usó sus contactos dentro de los Ministerios de Defensa y Agricultura de Sudán del Sur, el Ministerio de Defensa de Israel y la empresa de comercio de productos básicos, Trafigura. Las armas incluían rifles, lanzagranadas y misiles de hombro.
La sucia historia de Ziv
En 2016, los medios israelíes revelaron que Ziv estaba ayudando al presidente Kiir a blanquear su reputación, después de que la ONU hubiese descubierto que su gobierno permitía a los soldados usar la violación como arma de guerra.
Otra investigación mostró cómo la compañía de Ziv había estado involucrada en acuerdos de seguridad en Sudán del Sur, a diferencia de los proyectos agrícolas que mantenía.
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En diciembre de 2018, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos impuso sanciones a Ziv por su papel en la extensión de un conflicto que se ha cobrado 400.000 vidas y ha desplazado a cuatro millones de personas.
Las armas como diplomacia
Los negocios turbios y la sucia historia de Ziv son representativos del enfoque de Israel hacia la diplomacia en África. "Durante décadas, Israel ha invertido muy poco en su diplomacia formal en el continente y en su lugar ha confiado en varios empresarios privados e intermediarios para mantener sus relaciones con los líderes africanos", dice Yotam Gidron, cuyo próximo libro, Israel en África, se centra en las relaciones de Israel con los países africanos.
Las exportaciones de armas a los países africanos son un componente fundamental de la diplomacia de Israel en el continente y su intento de contrarrestar las críticas a su brutal ocupación de Palestina, dice Gidron. Ziv es la personificación del enfoque intermediario de la diplomacia que Israel ha empleado en el continente.
Cultivando conflictos
Israel tiene una larga y sangrienta historia en Sudán del Sur.
Desde que Sudán del Sur obtuvo su independencia en 2011, Israel le ha vendido continuamente armas, tecnología de vigilancia y ha brindado entrenamiento militar y seguridad nacional, pero la mayoría de esto finalmente se ha utilizado para cometer crímenes de guerra.
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En 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una prohibición de venta de armas a los bandos en guerra. Un comité, establecido para monitorear la implementación de la prohibición, descubrió que ambas partes en la guerra civil del país estaban logrando comprar armas a pesar de la prohibición.
El informe condenatorio mostraba evidencias fotográficas de los rifles de asalto ACE de Israel en el arsenal del gobierno de Sudán del Sur y las fuerzas de oposición.
Israel también vendió equipos de escuchas telefónicas a Sudán del Sur después de que estallase la guerra civil. Este equipo se utilizó para identificar y arrestar a opositores del gobierno y periodistas. Según el abogado y activista israelí, Eitay Mack, Israel no solo instaló el equipo de escucha para el gobierno de Sudán del Sur, sino que también continuó operando a través de técnicos israelíes estacionados en Sudán del Sur.
Funcionarios israelíes aseguraron a la ONU que Israel suspendería las transferencias de equipos letales a cualquier parte en Sudán del Sur. Sin embargo, la Agencia de Control de Exportación de Defensa (DECA) del Ministerio de Defensa de Israel continuó otorgando licencias de exportación a las compañías de armas israelíes para vender armas letales a través de Ziv y Green Horizon, en violación de los embargos de la UE, EE. UU. y la ONU. Al igual que cuando armó el apartheid en Sudáfrica, Israel demostró que no tenía problemas para armar un régimen que había sido rechazado universalmente.
Industria secreta de armas de Israel
En 2017, Mack, junto con 54 activistas israelíes, presentó una petición ante el Tribunal Superior de Israel que exigía una investigación sobre la exportación de armas de Israel a Sudán del Sur. Los tribunales israelíes impusieron órdenes de mordaza en el caso, manteniendo el secretismo en torno al proceso de licencia de exportación de armas de Israel. También se han denegado varias solicitudes de libertad de información presentadas ante el Ministerio de Defensa de Israel.
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Israel reconoce los beneficios económicos y la importancia diplomática de exportar armas (que han sido probadas en el campo con los palestinos) a países africanos. Ésta es la razón por la cual el gobierno israelí protege ferozmente las exportaciones de armas a África al obstaculizar los esfuerzos de los activistas para lograr una mayor transparencia y una supervisión pública de las exportaciones militares de Israel.
La ayuda letal de Israel a África
A la vez que los diplomáticos israelíes con sede en África comercializan las ofertas de Tel Aviv de agua y tecnología agrícola, que prometen liberar al continente de la sequía y la escasez de alimentos, ocultan cuidadosamente otro aspecto, más letal, de la asistencia de Israel a África: Israel ha armado los regímenes más letales en el continente.
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En la década de 1990, Israel violó el embargo internacional de armas y las suministró a las fuerzas del gobierno de Ruanda, dominadas por los hutus, así como al ejército rebelde liderado por Paul Kagame, con balas, rifles y granadas mientras el genocidio seguía en marcha en ese país. Israel también entrenó a las fuerzas militares y paramilitares de Ruanda en los años previos a la masacre.
Israel también entrena unidades que custodian regímenes presidenciales opresivos en Camerún, Togo y Guinea Ecuatorial.
Israel y Sudán del Sur: una relación especial
La participación actual de Israel en Sudán del Sur es "excepcional" en su historia de exportaciones militares, dice Mack. “Esto va mucho más allá de la codicia. Israel actualmente está luchando por la viabilidad de un proyecto en el que ha invertido mucho en los últimos años".
Aunque Sudán del Sur tiene menos de una década, su relación amistosa con Israel se remonta a la década de 1960, cuando el Mossad proporcionó apoyo militar por primera vez a los rebeldes del sur de Sudán que luchaban por la independencia, dice Yotam Gidron. El Mossad incluso produjo materiales de propaganda en nombre del grupo rebelde del sur de Sudán, Anya-Nya, entre 1969 y 1971.
Israel reconoció a Sudán del Sur sólo 24 horas después de declarar su independencia en 2011.
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“Para Israel, los lazos con Sudán del Sur representaron una vía para frenar la influencia árabe e iraní en el Cuerno de África, particularmente porque Sudán solía ser el aliado más importante de Irán en esta región. Para Sudán del Sur, los estrechos lazos con Israel ayudaron a asegurar y mantener la simpatía y el apoyo de los estadounidenses, lo que explica en parte por qué sigue teniendo uno de los registros de votación más pro-israelíes en la ONU de todas las naciones africanas”, explica Gidron.
Según Eitay Mack, Israel debe detener por completo todas las exportaciones militares y relacionadas con la seguridad a Sudán del Sur para garantizar que no sea cómplice de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en África.
Dado el largo historial de crímenes de guerra de Israel contra los palestinos y las violaciones del derecho internacional en los territorios palestinos ocupados, es poco probable que Israel haga lo correcto y deje de alimentar el conflicto de Sudán del Sur.
A medida que fluyen las armas y el entrenamiento militar, también lo hará la sangre.
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