Una fuerza militar mercenaria privada vinculada al presidente ruso Vladimir Putin se unió a los combates en la primera línea de la guerra civil libia, alineándose con las fuerzas del gobierno rival bajo Khalifa Haftar.
Más de 100 soldados mercenarios de la compañía militar privada Grupo Wagner llegaron a una base en Libia durante la primera semana de septiembre para comenzar a luchar en apoyo de Haftar y su asalto a la capital, Trípoli, según funcionarios libios y occidentales. El grupo opera bajo el liderazgo de Yevgeny Prigozhin, quien se ganó el nombre de "chef de Putin" por sus contratos de catering en el Kremlin.
El lunes, el ministro del Interior libio, Fathi Bashagha, dijo a la televisión Al-Ahrar del país que las fuerzas de Haftar habían empleado previamente a soldados sudaneses para ayudarlos en su asalto a Trípoli, pero "después de que fallaron, confiaron en el Grupo Wagner".
La llegada de los mercenarios al conflicto libio es la última incorporación a un campo de batalla ya abarrotado, ya que tanto el gobierno respaldado por las Naciones Unidas en Trípoli como el gobierno rival de Haftar en Benghazi han estado luchando por el país desde el derrocamiento del dictador Muammar Gadafi en 2011. Ambas facciones están respaldadas por una variedad de jugadores en la región: con el Ejército Nacional Libio de Haftar (LNA) con apoyo de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia, mientras que el Gobierno con sede en Trípoli del Acuerdo Nacional (GNA) está respaldado por Turquía militarmente y gran parte de la comunidad internacional.
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La guerra civil libia no es el primer conflicto en el que el grupo de Prigozhin ha estado involucrado, su compañía opera en el asalto a la provincia siria de Idlib, apoya y protege al gobierno en la República Centroafricana, lleva a cabo operaciones de protección y capacitación en seguridad para varios hombres fuertes en África, y eran dueños de una compañía en los Estados Unidos (EE. UU.) acusada de financiar la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Estas aventuras han convertido a Prigozhin en un jugador clave en la política exterior expansiva de Rusia a lo largo de los años.
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