El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, pidió a los legisladores el jueves que lo apoyen para reorganizar los puestos del gabinete e instó a la calma después de tres días de disturbios civiles mortales que sacudieron el país, según informa Reuters.
Abdul Mahdi dijo que no había una "solución mágica" para los problemas crónicos de gobierno y corrupción de Iraq, pero se comprometió a tratar de aprobar una ley que otorgue a las familias pobres ingresos básicos.
Pronunció sus comentarios en un discurso televisado mientras los manifestantes exigían la caída del gobierno.
El primer ministro dijo que los llamados de los manifestantes para terminar con la corrupción eran "correctos", pero dijo que se debe ayudar al gobierno a cumplir con sus obligaciones. Las enmiendas ministeriales deben ser aprobadas por el parlamento.
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Abdul Mahdi declaró el miércoles un toque de queda en Bagdad hasta nuevo aviso, después de que al menos siete personas murieran y más de 400 resultaron heridas durante dos días de manifestaciones antigubernamentales a nivel nacional.
Se impusieron toques de queda en tres ciudades del sur, mientras que las tropas de élite antiterroristas abrieron fuego contra los manifestantes que intentaban asaltar el aeropuerto de Bagdad y se desplegaron en la ciudad sureña de Nassiriya, después de que estallaran tiroteos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, dijeron fuentes policiales.
Se informaron de cortes de Internet en todo el país.
Cualquier vacío de poder en Iraq, en caso de que el gobierno sea derrocado, podría ser un desafío para la región, dado el estado de Bagdad como aliado tanto de Estados Unidos como de Irán, que están enfrascados en un enfrentamiento político.