El gobierno de Iraq emitió el martes un segundo paquete de reformas sociales propuestas en un intento por satisfacer las demandas de los manifestantes antigubernamentales, que se han manifestado en todo el país durante ocho días, con la pérdida de 110 vidas y 6.000 heridos, según informa Reuters.
Los manifestantes, que exigen la destitución del gobierno y de una clase política que consideran corrupta, se han enfrentado a las fuerzas de seguridad iraquíes, principalmente en la capital de Bagdad y el sur.
El plan de 13 puntos del martes emitido por el primer ministro Adel Abdul Mahdi se centra en subsidios y viviendas para los pobres, así como en iniciativas de capacitación y educación para jóvenes desempleados.
Después de una reunión del gabinete, el primer ministro publicó sus reformas en las redes sociales, aunque la mayoría de los iraquíes han estado desconectados de Internet y de las redes sociales durante varios días.
Las protestas se reanudaron el lunes por la noche en el distrito de la Ciudad de Sadr de Bagdad, con al menos un muerto perteneciente a las fuerzas de seguridad, aunque gran parte de Iraq pareció más tranquilo de lo que ha sido durante una semana, mientras los políticos buscaban una forma de poner fin al levantamiento.
Las fuerzas de seguridad iraquíes comenzaron a arrestar a los manifestantes después del anochecer del martes en el este y noroeste de Bagdad, dijeron fuentes policiales a Reuters.
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La policía llevó fotografías recientes de manifestantes para identificarlos y detenerlos. La alta comisión semioficial de derechos humanos de Iraq dijo que unas 500 personas habían sido liberadas de los 800 detenidos la semana pasada.
El ejército iraquí dijo el martes que un miembro de una fuerza del Ministerio del Interior murió y cuatro resultaron heridos cuando fueron atacados por asaltantes desconocidos en la Ciudad de Sadr, donde 15 personas murieron la noche anterior en los disturbios.
En una llamada telefónica con Abdul Madhi, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, condenó la violencia e instó al gobierno a ejercer la máxima moderación y tomar medidas para abordar las quejas de los manifestantes, dijo el martes por la noche el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Los dos funcionarios hablaron recientemente, dijo en un comunicado, pero no mencionaron la fecha.
La violencia ha sido la peor en Iraq desde que sofocó una insurgencia del grupo sunita musulmán Daesh hace casi dos años, y la mayor prueba para Abdul Mahdi, en el cargo durante un año.
La propagación de la violencia a la Ciudad de Sadr esta semana podría aumentar los problemas de seguridad. Históricamente, los disturbios han sido difíciles de sofocar en el distrito, hogar de aproximadamente un tercio de los 8 millones de habitantes de Bagdad, con poca electricidad o agua y pocos empleos.
Los manifestantes prendieron fuego a los neumáticos frente al edificio del consejo municipal y el tribunal en la plaza Mudhaffar, dijo la policía, y agregó que los disparos que atacaron a las fuerzas de seguridad provenían de una multitud de manifestantes.
Los manifestantes dicen que han sido atacados por miembros de las fuerzas de seguridad con munición real. Los periodistas de Reuters han sido testigos de cómo los francotiradores matan y hieren a los manifestantes disparando desde los tejados hacia la multitud.
El martes, el ejército de Iraq devolvió a sus puestos a los oficiales y soldados que habían sido despedidos bajo sospechas de abandonar ciudades y pueblos por un ataque de Daesh en 2014.
El parlamento, que el martes celebró su primera sesión desde que comenzó la crisis, discutió el movimiento y los planes de reforma destinados a pacificar a los manifestantes.
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