El Alto Consejo de Estado de Libia acusó el domingo a la Liga Árabe de emitir declaraciones y decisiones que "dependen de los cálculos y la agenda de ciertos países árabes, especialmente Egipto y los Emiratos Árabes Unidos", que están trabajando para "desestabilizar la situación en Libia".
La acusación se produjo en una declaración tras la reunión ministerial de la Liga de los Estados Árabes, que discutió el sábado el nuevo despliegue militar de Turquía en Siria, llamado "Operación Manantial de Paz".
Libia rechazó una solicitud para reducir los lazos diplomáticos con Ankara como resultado de su esfuerzo militar.
El Alto Consejo de Estado expresó "su sorpresa y objeción a la doble moral mostrada por la Liga Árabe en la defensa de la soberanía de los estados miembros".
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"Es claro y obvio para nosotros que las decisiones y declaraciones de la Liga Árabe están sujetas a las cuentas y la agenda de ciertos países árabes", mencionando a Egipto y los EAU en particular.
La declaración explicaba que estos países están "intentando desestabilizar la situación en Libia y amenazar su integridad territorial, mientras trabajan para desgarrar el tejido social libio, lo que contradice la Carta de la Liga en sus artículos segundo y octavo".
Libia acusó a Egipto y a los Emiratos Árabes Unidos de apoyar al comandante de las fuerzas libias en el este, el mariscal de campo retirado Khalifa Haftar, que lucha contra el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) reconocido internacionalmente, mientras que tanto El Cairo como Abu Dhabi negaron tales acusaciones.
"Recordamos a estos países, que dicen estar preocupados por la seguridad nacional del mundo árabe y su temor a la propagación del terrorismo, que sus aviones están lanzando ataques diarios contra civiles y bombardeando la sede del gobierno legítimo, que luchó contra el terrorismo en la ciudad de Sirte sin base religiosa, legal o moral alguna".
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La declaración seguía: "Recordamos a la Liga Árabe que estos países se interponen en el camino de celebrar una sesión del consejo de la Liga para tomar medidas resueltas que respalden la legitimidad en Libia y protejan a los civiles de la flagrante agresión respaldada por estos países, que participan y respaldan la ofensiva".
Desde 2011, Libia, el país rico en petróleo, ha estado sumido en una lucha por la legitimidad y el poder, actualmente entre Haftar y el GNA reconocido internacionalmente.
El 4 de abril, las fuerzas de Haftar lanzaron una ofensiva para tomar el control de la capital, Trípoli, donde se encuentra el GNA, poniendo fin a los esfuerzos de las Naciones Unidas para mantener el diálogo con la esperanza de llegar a una solución política para el conflicto.