El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, defendió el lunes su postura sobre el ataque de Turquía contra los militantes kurdos en el noreste de Siria después de que algunos miembros de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN lo presionaran para que fuera más duro con Ankara, según un informe de Reuters.
Las divisiones en la alianza militar han surgido después de que Turquía, miembro de la OTAN, comenzara su ofensiva en Siria la semana pasada, con los gobiernos de países de la UE que también son miembros de la OTAN suspendiendo la venta de armas a Turquía.
Durante un pleno en Londres de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, un cuerpo compuesto por delegados de las legislaturas de los estados miembros, Stoltenberg dijo que había expresado su profunda preocupación al presidente turco, Tayyip Erdogan, cuando lo vio en Estambul el viernes.
Stoltenberg dijo que le había dicho a Erdogan y a su ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, que las operaciones militares de Turquía en el norte de Siria corrían el riesgo de desestabilizar aún más la región, intensificar las tensiones y causar más sufrimiento humano.
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"Espero que Turquía actúe con moderación y en coordinación con otros aliados para que podamos preservar lo que hemos conseguido contra nuestro enemigo común, Daesh", dijo, y agregó que una preocupación inminente era que a los combatientes cautivos del grupo militante no se les debería permitir escapar.
Pero durante una sesión de preguntas y respuestas después de su discurso, Stoltenberg enfrentó fuertes comentarios por parte de varios delegados, particularmente de Francia y Bélgica, dos países donde se han producido ataques mortales relacionados con Daesh.
Christian Cambon, miembro del Senado francés, dijo que la situación era inaceptable y sugirió que Stoltenberg estaba siendo demasiado blando con Turquía.
“Nos sorprendió el tono de su declaración en Estambul, debo decirle. ¿Fue en consulta con nuestro gran aliado estadounidense?”, preguntó Cambon, provocando el aplauso de varios delegados.
Se refería a la abrupta decisión del presidente Donald Trump de retirar a las tropas estadounidenses del noreste de Siria, que fue el catalizador de la ofensiva turca. Ankara ve a la milicia kurda YPG en el norte de Siria como terroristas vinculados a una insurgencia kurda que se libra dentro de Turquía.
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