La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó abrumadoramente el martes para reconocer los asesinatos en masa de armenios hace un siglo como un genocidio, un voto simbólico pero histórico denunciado instantáneamente por Turquía.
La Cámara controlada por los demócratas votó 405-11 a favor de una resolución que afirma que es la política de los Estados Unidos conmemorar como genocidio el asesinato de 1,5 millones de armenios por el Imperio Otomano de 1915 a 1923. El Imperio Otomano se centró en la Turquía actual.
La votación marcó la primera vez en 35 años que dicha legislación fue considerada en toda la Cámara, subrayando la frustración generalizada en el Congreso con el gobierno turco, tanto de los demócratas como de los republicanos del presidente Donald Trump.
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Poco después de la votación del genocidio armenio, los legisladores de la Cámara de ambos partidos también respaldaron abrumadoramente la legislación que insta a Trump a imponer sanciones a Turquía por su ofensiva en el norte de Siria, otra acción que probablemente inflame las relaciones con el aliado turco de la OTAN.
El destino de ambas medidas en el Senado no está claro, sin una votación programada sobre una legislación similar.
Turquía acepta que muchos armenios que viven en el Imperio Otomano fueron asesinados en enfrentamientos contra las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero cuestiona las cifras y niega que los asesinatos fueron sistemáticamente orquestados y que constituyan un genocidio.
Ankara considera la participación extranjera en el tema como una amenaza a su soberanía.
Durante décadas, las medidas que reconocen el genocidio armenio se han estancado en el Congreso, obstaculizadas por la preocupación de que podría complicar las relaciones con Turquía y la intensa presión del gobierno de Ankara.
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Sin embargo, los legisladores estadounidenses han estado furiosos con Turquía en los últimos meses, debido a la compra de un sistema de defensa antimisiles ruso desafiando las sanciones estadounidenses y, más recientemente, por su incursión en el norte de Siria para luchar contra las fuerzas kurdas, después de que Trump anunciase repentinamente que estaba retirando las tropas estadounidenses de la zona.
Turquía rápidamente condenó ambas resoluciones, diciendo que la resolución de genocidio "carece de cualquier base histórica o legal", y agregó: "Como un paso político sin sentido, sus únicos destinatarios son el lobby armenio y los grupos en contra de Turquía".