Israel ha recibido un golpe masivo por parte del tribunal superior de la Unión Europea (UE), que hoy dictaminó que los países de la UE deben identificar con etiquetas especiales los productos fabricados en los asentamientos israelíes. Todos los asentamientos de Israel son ilegales según el derecho internacional.
En una declaración que otorga a los consumidores el derecho de boicotear los productos producidos en los asentamientos, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) insistió en que el etiquetado debe proporcionar una "indicación de esa procedencia" para que los consumidores puedan tomar "decisiones informadas" cuando compran. La decisión del tribunal con sede en Luxemburgo es un gran impulso para el movimiento global de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), y socava la afirmación de Israel de que etiquetar los productos es injusto y discriminatorio.
El caso llegó a los tribunales después de que una bodega israelí, con sede en un asentamiento cerca de Jerusalén, impugnó la solicitud de Francia de un fallo anterior del TJCE sobre dicho etiquetado. Ese fallo respaldaba el uso de etiquetas de identificación de origen, pero no hacía que su uso fuera legalmente vinculante.
Con el tribunal superior de Europa yendo un paso más allá al prescribir el etiquetado tras el desafío de una compañía israelí, que quería revocar las leyes y convenciones internacionales, el veredicto se verá como un rechazo de la política de normalización de la anexión de Israel, que ha sido denunciada por la UE y la comunidad internacional.
En su declaración, el TJCE afirmó otro principio fundamental del derecho internacional que estipula que el traslado de población a un territorio ocupado es ilegal. Israel se opone a este punto de vista a pesar de que la ONU, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el Comité Internacional de la Cruz Roja, el TJCE y prácticamente todos los países del mundo han afirmado el principio en numerosas ocasiones.
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Al subrayar que los asentamientos son de hecho ilegales, el TJCE dijo que el hecho de no etiquetar adecuadamente los productos "dará una expresión concreta a una política de traslado de población realizada por ese Estado fuera de su territorio, en violación de las normas del derecho internacional humanitario general".
El TJCE subrayó la necesidad de dar a los consumidores la opción de boicotear los bienes producidos en los asentamientos. "Los consumidores no tienen forma de saber, a falta de información capaz de esclarecerlos a ese respecto, que un producto alimenticio proviene de una localidad o de un conjunto de localidades que constituyen un asentamiento establecido en uno de esos territorios, que infringe las normas internacionales derecho humanitario".
El fallo fue bien recibido por Human Rights Watch. El Director del organismo de la UE, Lotte Leicht, lo describió como "un paso importante" hacia los estados miembros de la UE, que mantienen su deber de no participar en la "ficción" de que los asentamientos ilegales son parte de Israel. "Los consumidores europeos tienen derecho a confiar en que los productos que compran no están vinculados a violaciones graves del derecho internacional humanitario".
No está claro cómo se aplicará el nuevo fallo. Si bien la UE había instado previamente a que los productos procedentes de asentamientos ilegales se etiqueten de manera adecuada, Israel, sin embargo, logró eludir las leyes europeas y beneficiarse del arancel comercial preferencial otorgado a Tel Aviv.
La UE ha admitido que se había vuelto "imposible" controlar la fuente de los bienes importados a Europa desde Israel. Esto fue a pesar de la obligación legal de implementar una política de diferenciación entre Israel y las actividades ilegales de asentamiento, que conforman el comercio bilateral multimillonario de la UE con el estado sionista.
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