Varios miles de israelíes se manifestaron el martes en apoyo del primer ministro Benjamin Netanyahu mientras éste enfrenta la mayor amenaza a su supervivencia política, después de los cargos de corrupción y dos elecciones fallidas, según informa Reuters.
Bajo el letrero "Stop the Coup (Parad el Golpe de Estado)”, la protesta no logró atraer a las grandes multitudes que sus organizadores, miembros del partido Likud de Netanyahu, esperaban atraer y solo asistieron un puñado de legisladores de alto rango y ministros del gabinete.
Netanyahu fue acusado el jueves de soborno, fraude y abuso de confianza. Niega los cargos en los tres casos penales y ha tachado las investigaciones en su contra de intento de golpe de Estado, destinado a derrocar a un líder popular de derecha.
Los medios israelíes estimaron que el número de manifestantes era de aproximadamente 2.000 a 3.000 personas, mientras que Likud dijo que fueron 15.000 los que asistieron a la manifestación.
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"El objetivo del establecimiento legal es derrocar a un primer ministro electo", dijo Ron Nahmani, de 70 años, que había acudido a la protesta. Dirigiéndose a la multitud, el legislador del Likud, Miki Zohar, dijo que el sistema de justicia estaba jugando un papel en una conspiración de izquierda.
El rival centrista de Netanyahu, Benny Gantz, que encabeza el partido Azul y Blanco, dijo en Twitter:
En una democracia saludable, un primer ministro no organiza una manifestación contra el sistema de justicia.
El fiscal general Avichai Mandelblit, quien tomó la decisión de acusar a Netanyahu, dijo que los ataques al sistema legal habían ido demasiado lejos.
"Estoy escuchando amenazas. Escucho calumnias infundadas. Es impactante", dijo Mandelblit en una conferencia judicial en el sur de Israel. Dijo que a dos de los fiscales principales en las investigaciones de Netanyahu han tenido que asignarles guardaespaldas.
Netanyahu, el líder con más años en el puesto de Israel y en el poder desde 2009, actualmente dirige un gobierno provisional después de dos elecciones no concluyentes este año. No está obligado por ley a abandonar el cargo por los delitos y ha prometido permanecer en el poder.
Pero la acusación en su contra, la primera de un primer ministro israelí en funciones, ha provocado peticiones por parte de la oposición de centro izquierda para que renuncie y ha provocado un desafío de liderazgo dentro de su partido Likud.
Israel enfrenta una agitación política sin precedentes después de que ni Netanyahu ni Gantz lograsen formar un gobierno de coalición tras las elecciones celebradas en abril y septiembre. Con el estancamiento político sin resolver, Israel podría enfrentar unas terceras elecciones dentro de unos meses.
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