Masoud Barzani, ex presidente de la región del Kurdistán de Iraq, advirtió ayer sobre las repercusiones del asesinato del comandante de la Fuerza Quds de Irán, Qassem Soleimani, y afirmó que Iraq y la región están "al borde de una explosión".
El viernes pasado, Soleimani y el líder de las Fuerzas de Movilización Popular Iraquí (PMF), Abu Mahdi Al-Muhandis, fueron asesinados en un ataque aéreo estadounidense cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad.
Este acontecimiento resultó en una gran escalada entre los Estados Unidos e Irán, dos aliados de Bagdad, en medio de los temores generalizados en Iraq de que el país se haya convertido en un campo de batalla entre Washington y Teherán.
Barzani, quien es el presidente del Partido Demócrata del Kurdistán, dijo que los acontecimientos recientes en Iraq y la región son "muy alarmantes", y pidió "priorizar la razón y la lógica para llegar a soluciones, y no dejarse llevar por emociones y argumentos inútiles".
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Agregó que "la situación ahora está al borde de una explosión, ya que los problemas actuales son complicados y están fuera de control".
Barzani enfatizó que "las partes con un sentido de responsabilidad deben encontrar una salida razonable, que se adapte a todos, dando prioridad a la razón y la sabiduría".
Continuó: “En caso de llegar a un acuerdo en esta dirección, no escatimaremos esfuerzos para ayudar a encontrar soluciones. Sin embargo, no estaremos de acuerdo en empujar al país a una guerra de poder y un destino desconocido".
Anoche, Irán disparó misiles contra una base aérea estadounidense en Iraq que recibió al presidente estadounidense Donald Trump en diciembre de 2018, y otra instalación en la ciudad kurda de Erbil.
Unos 5.000 soldados estadounidenses están desplegados en bases militares en todo Iraq como parte de la coalición internacional para luchar contra Daesh.