El jueves, el Consejo Legislativo Palestino (Parlamento) pidió el respaldo de la población de la ciudad ocupada de Jerusalén a través de la implementación de proyectos que apuntan a fortalecer las raíces de los palestinos frente a la ocupación y la rabiosa campaña de judaización que los ataca.
El ponente del Comité Al-Quds y Al-Aqsa en el Consejo Legislativo Palestino, el diputado Ahmed Abu Halabiya, exigió el jueves que la Autoridad Palestina (AP) asuma un papel activo en la persecución de las autoridades de ocupación por los crímenes que están cometiendo contra Jerusalén y la mezquita de Al-Aqsa.
Condenó el respaldo de la ocupación a un plan para construir 2.000 nuevas unidades de asentamiento en la tierra palestina en Cisjordania y al este de la ciudad ocupada de Jerusalén.
Abu Halabiya insistió: "El plan de la ocupación de judaizar las tierras palestinas mediante la expansión de asentamientos ilegales, es decir, construir 2.000 nuevas unidades de asentamientos, es un delito y viola el derecho internacional. Estas medidas requieren un paso internacional para ejercer presión sobre las autoridades israelíes para detener estas flagrantes violaciones".
Agregó que "la expansión de los asentamientos sionistas y la demolición de casas palestinas es una consagración de las arraigadas violaciones judaicas, y está dentro de lo que el presidente estadounidense Trump apoyó, tras su reconocimiento de la anexión de Cisjordania a la entidad de ocupación".
Abu Halabiya señaló que el aspecto más peligroso de la situación son las declaraciones hechas por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sobre su decisión de tomar el poder del Valle del Jordán, mientras buscaba el apoyo de Estados Unidos para anexar el resto de los asentamientos de Cisjordania, además de establecer miles de nuevas viviendas en su interior.
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Netanyahu ha prometido, en varias ocasiones, que impondrá la soberanía israelí en el valle del Jordán y la región del norte del Mar Muerto en caso de que sea elegido nuevamente; diciendo: "Debemos establecer fronteras fijas para el estado de Israel, para asegurar que Cisjordania no se vuelva como la Franja de Gaza".
El proyecto de asentamiento israelí, que está devorando grandes áreas de tierras de Cisjordania, incluida Jerusalén, representa el principal obstáculo para la reanudación de las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes, que se han estancado desde abril de 2014.
Las estimaciones israelíes indican que alrededor de 640.000 colonos viven en 196 unidades de asentamiento, además de 200 puestos de avanzada en Cisjordania, incluida la ciudad de Jerusalén, que incluye a unos 220.000 colonos.
El gobierno israelí ha rechazado las reiteradas solicitudes de los palestinos y la comunidad internacional para detener la construcción de asentamientos en los territorios ocupados, lo que constituye una violación del derecho internacional.
La comunidad internacional considera que la abrumadora mayoría de los asentamientos son ilegales, según el Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe a las autoridades de ocupación transferir a los israelíes a los territorios ocupados.
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