Una delegación rusa abandonó ayer la capital turca, Ankara, después de intensas discusiones sobre la detención de los enfrentamientos en la gobernación siria de Idlib.
"La delegación rusa abandonó Turquía sin un acuerdo sobre las formas de detener los enfrentamientos que mataron a 13 soldados turcos en Siria en solo una semana", dijo una fuente diplomática turca.
Los rusos sostuvieron conversaciones en Ankara días después de que las fuerzas del régimen sirio mataran a ocho soldados turcos que estaban dentro de un punto de observación en Idlib.
Las fuerzas turcas tomaron represalias lanzando un bombardeo a gran escala contra objetivos del régimen sirio.
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