El Ejército Nacional Sirio (SNA), respaldado por Turquía, ha derribado dos aviones teledirigidos rusos mientras sobrevolaban la aldea oriental de Nairab, en Idlib, según informaron ayer los medios de comunicación locales.
"El SNA y las fuerzas turcas consiguieron controlar grandes zonas de la ciudad de Nairab en medio de continuos enfrentamientos con las fuerzas del régimen sirio", dijo Arabi21 citando fuentes locales. Las fuentes añadieron que el SNA había logrado destruir dos vehículos afiliados a las fuerzas del régimen sirio.
Los medios de comunicación rusos informaron de que habían caído varios proyectiles en los emplazamientos del régimen sirio en las aldeas rurales de Idlib, Saraqib y Nairab. "Las fuerzas de la oposición han logrado destruir dos tanques de las fuerzas de Bashar Al-Assad, con el apoyo de las fuerzas turcas en el asalto a la ciudad".
En un contexto similar, los medios de comunicación sirios dijeron que el SNA había atacado a las fuerzas rusas en la ciudad meridional de Kfaruma, en Idlib, con "artillería pesada y lanzacohetes".
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La provincia de Idlib, que es el último gran bastión de la oposición en la guerra civil de Siria, que dura ya nueve años, estaba destinada originalmente a ser una zona de desescalada o segura en primer lugar, como se establece en el acuerdo alcanzado entre Turquía y Rusia en septiembre de 2018.
Ese acuerdo, sin embargo, fue violado tanto por el régimen sirio como por su aliado Rusia cuando lanzaron una campaña en abril del año pasado. En los últimos meses, el régimen ha logrado importantes avances, especialmente con el apoyo de las tropas terrestres rusas y las fuerzas iraníes, lo que le ha permitido retomar alrededor de la mitad de la provincia de Idlib hasta el momento, incluidos los pueblos y ciudades clave y la estratégica autopista M5.
La escalada de la violencia ha dado lugar a una crisis humanitaria en la que los habitantes de Idlib, que son más de tres millones, carecen de un refugio adecuado, protección, alimentos, saneamiento, atención de la salud y educación. Casi un millón de ellos están desplazados por los bombardeos del régimen y se han visto obligados a huir de sus hogares y a desplazarse más al norte, hacia la frontera turca, por lo que el éxodo en masa hace temer una nueva oleada de refugiados en Turquía y posteriormente en Europa.