Hasta ahora, las compañías aéreas de Oriente Medio, que sirve como punto de conexión para los viajes entre el este y el oeste, han incurrido en pérdidas por valor de 100 millones de dólares tras el brote de Coronavirus, según anunció ayer la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
"Se espera que la venta de billetes de avión también, desde y dentro de Oriente Medio, disminuya en las próximas semanas", dijo a los periodistas el vicepresidente regional de la IATA para África y Oriente Medio, Muhammad Albakri, y añadió que "un importante ingreso adicional está en riesgo para las compañías de Oriente Medio si las restricciones de viaje se extienden a la parte posterior de Asia y el Pacífico".
Albakri continuó estimando en 1.500 millones de dólares las pérdidas de los transportistas mundiales en 2020 debido a la propagación del Coronavirus.
"Es una demostración de lo duro que la industria ha sido golpeada por las cancelaciones de vuelos y el cierre de fronteras", señaló.
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El funcionario de aviación pidió a los gobiernos de Oriente Medio que "ayuden a las aerolíneas con sus gastos de explotación". "La región depende de la conectividad aérea, y el apoyo de los gobiernos ayudará realmente a las aerolíneas a superar este difícil período", dijo Albakri.
Las aerolíneas mundiales han advertido de las consecuencias para su negocio, ya que el número de pasajeros ha disminuido debido al brote que surgió por primera vez en China a finales de diciembre y que desde entonces se ha extendido a más de 50 países. Las aerolíneas han suspendido los vuelos a Irán, donde el virus se está propagando rápidamente, y Arabia Saudita ha prohibido temporalmente a los turistas de 25 países que han registrado casos del virus.
La mayoría de las líneas aéreas del Oriente Medio son de propiedad estatal. En el pasado, las principales compañías del Golfo han sido objeto de escrutinio por las acusaciones de que se beneficiaron injustamente de fondos estatales, acusación que niegan. Las compañías del Oriente Medio, la mayoría de las cuales no son rentables, han detenido la mayoría de los vuelos a China y han cortado o reducido los vuelos en otras rutas asiáticas.
El brote ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia sanitaria internacional.
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