El número de personas infectadas con el coronavirus Covid-19 en Israel ha aumentado en un 294% en una semana mientras el país lucha por contener la pandemia.
Los últimos informes indican que hasta 2.666 israelíes han dado positivo en las pruebas del virus, y se dice que la gran mayoría de los casos muestran síntomas leves. El jueves pasado, la cifra fue de 677 según el Ministerio de Salud. Mientras que 68 personas se han recuperado, ocho pacientes han muerto y 39 están en estado grave en el hospital.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha advertido que las muertes por coronavirus podrían alcanzar las 10.000 el próximo mes.
El Gobierno ha aprobado medidas para limitar la circulación de ciudadanos y el comercio, cerrando establecimientos culturales y recreativos, así como escuelas y universidades, y prohibiendo las reuniones de más de 10 personas, en un esfuerzo por frenar la propagación del virus.
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Además, no se permite la entrada de extranjeros al país, a menos que soliciten previamente permisos especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores y puedan demostrar que pueden hacer una autocuarentena durante 14 días a su llegada.
El Primer Ministro de Israel, que se encuentra en una situación difícil, también ha dado el controvertido paso de aprobar medidas de emergencia para que los organismos de seguridad rastreen los datos de los teléfonos móviles de las personas sospechosas de tener el coronavirus. Los críticos han acusado a Netanyahu de explotar la situación para reforzar su poder.
La propagación de la pandemia ha destrozado la economía de Israel. Unos 573.000 israelíes han perdido sus empleos en las últimas semanas, lo que ha llevado la tasa de desempleo del país al 17,6%. Antes del brote, la tasa era del 3,6%, una de las más bajas entre los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).