El gobernador egipcio de la provincia meridional de Asyut pidió ayer que 30 ciudadanos que acaban de regresar a Egipto desde Italia, informen de su paradero para que las autoridades puedan asegurarse de que no están contaminados con el coronavirus.
Essam Saad dijo a los medios de comunicación locales que las fuerzas de seguridad de Asyut estaban llevando a cabo la operación de búsqueda, añadiendo que los ciudadanos devueltos deberían: "Contactar con las autoridades para que se puedan hacer los arreglos para los exámenes médicos necesarios para cualquier infección potencial de coronavirus".
"El Gobierno ha logrado examinar sólo el 80% de los 200 egipcios que regresaron de Italia", señaló Saad.
La noticia ha desatado una ola de ira en las redes de medios sociales, lo que hace temer una posible propagación del virus. Los activistas culparon al gobierno y criticaron al: "La negligencia y la imprudencia de las autoridades locales".
La gobernación publicó recientemente en Facebook que Saad había asignado cuatro laboratorios para examinar cualquier caso potencial de coronavirus. Añadió que los laboratorios comenzarán a operar "en unos pocos días".
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En la actualidad hay 456 casos confirmados, con 21 muertes, según las cifras oficiales del Ministerio de Salud egipcio. En un intento por frenar la propagación del virus, el Primer Ministro Mostafa Madbouly declaró el martes un toque de queda nocturno, prohibiendo la circulación de los ciudadanos en todas las vías públicas de 7pm a 6am durante dos semanas.
Después de emerger en Wuhan, China, en el último mes de 2019, COVID-19 se ha extendido a por lo menos 170 países y regiones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha declarado una pandemia. De los más de 525.297 casos confirmados en todo el mundo, el número de muertes supera ahora los 23.701, mientras que más de 123.329 se han recuperado.
Desde que se produjo el brote, los países de la región han aplicado medidas estrictas, como toques de queda obligatorios y el cierre de escuelas e instituciones públicas. Ya no se celebran oraciones congregacionales en las mezquitas y se ha puesto en libertad a los presos para evitar que se infecten y propaguen el virus dentro de las prisiones.