Ayer el Primer Ministro del Sudán, Abdalla Hamdok, pidió que se reanudaran las conversaciones trilaterales sobre la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) entre el Sudán, Egipto y Etiopía.
En una llamada telefónica con el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, Hamdok hizo hincapié en la necesidad de reanudar las conversaciones sobre GERD: "Después de superar la pandemia de coronavirus que el mundo está experimentando actualmente".
Durante la llamada, el funcionario sudanés transmitió sus condolencias a los Estados Unidos por el reciente aumento del número de casos de infección del nuevo virus.
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Etiopía está construyendo una presa de 5 millones de dólares cerca de la frontera con el Sudán que, según afirma, proporcionará al país la electricidad y la regeneración económica que tanto necesita. Egipto cree que cuando la presa se llene, se restringirá el ya escaso suministro de agua del Nilo.
Egipto depende casi totalmente del agua del Nilo, ya que recibe alrededor de 55,5 millones de metros cúbicos al año del río, y cree que el llenado de la presa afectará al agua que necesita para beber, para la agricultura y para la electricidad.
Después de que fracasaran las conversaciones a tres bandas entre los países africanos, se fijó a los EE.UU. como mediador externo.
En noviembre, los EE.UU. mediaron en una reunión en Washington, fijando el 15 de enero como fecha límite para resolver la disputa, que en un momento dado parecía destinada a estallar en un conflicto militar entre El Cairo y Addis Abeba. Acordaron cuatro rondas de negociaciones. La primera se celebró en la capital etíope, la segunda en El Cairo y la tercera en Jartum.
A pesar de que las discusiones parecían prometedoras, en Navidad se estancaron de nuevo tras la tercera ronda en la capital sudanesa.
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El Cairo quiere que Etiopía garantice que Egipto recibirá 40.000 millones de metros cúbicos, o más, de agua del Nilo. El Ministro de Irrigación de Etiopía, Seleshi Bekele, declaró que Egipto ha abandonado esta demanda, pero Egipto insiste en que no lo ha hecho, y emitió una declaración a tal efecto.
También hay un conflicto no resuelto sobre la rapidez con que se llenará la presa, y Egipto teme que si se llena demasiado rápido, podría afectar a la electricidad generada por la presa de Asuán. Egipto quiere que el llenado se realice a lo largo de siete años, mientras que Etiopía está presionando por cuatro años.