Las fuerzas del régimen sirio y las milicias apoyadas por el Irán han empezado a saquear hogares y propiedades de civiles de la oposición, en las zonas recientemente recapturadas en la provincia noroccidental del país, Idlib.
La Agencia Anadolu citó fuentes locales que afirmaban que el ejército sirio estaba: "Continuando con el saqueo de casas en la zona de desescalada de Idlib, que recientemente ha recapturado de los grupos de oposición".
El régimen compartió imágenes en los medios de comunicación social, mostrando a las fuerzas sirias y sus aliados robando las puertas y ventanas de las casas civiles, así como cables eléctricos y aparatos de cocina. Se informó de que habían transportado los artículos robados a Alepo y Damasco, y los habían ofrecido públicamente a cambio de precios bajos.
Turquía y Rusia acordaron un alto el fuego a partir del 12 de enero. Sin embargo, el régimen de Assad y sus aliados desafiaron el acuerdo y lanzaron ataques incesantes.
En respuesta, los presidentes turco y ruso se reunieron en Moscú el 5 de marzo para llegar a un nuevo acuerdo, y un nuevo alto el fuego entró en vigor al día siguiente. Aunque las fuerzas del régimen han violado el acuerdo en varios puntos, las partes siguen siendo actualmente leales al acuerdo de cese del fuego.
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Rusia apoya a las fuerzas de Al-Assad, mientras que Turquía apoya a los militantes que se le han opuesto durante casi nueve años.
Tras las conversaciones de Astana de 2017, Turquía, Rusia e Irán acordaron convertir la ciudad de Idlib y otras tres regiones en "zonas de desescalada", donde se prohibieron los actos de agresión.
Sin embargo, el régimen y los grupos terroristas extranjeros respaldados por Irán capturaron tres de las zonas con el apoyo de los ataques aéreos rusos, e Idlib se convirtió en su nuevo objetivo.
Las fuerzas del régimen intensificaron su despliegue militar en septiembre de 2018, lo que allanó el camino para el acuerdo de Sochi entre Turquía y Rusia ese mismo mes.
Más tarde, el régimen sirio, tras detener su agresión, lanzó una ofensiva terrestre en mayo de 2019 y capturó el sur y el sudeste de Idlib, las partes septentrionales y las zonas rurales orientales de Hama, y muchos asentamientos de las partes rurales meridionales y occidentales de Alepo.
Desde el acuerdo de Sochi, los ataques del régimen y sus aliados han causado la muerte de más de 1.800 civiles, y casi dos millones de personas han sido desplazadas debido a las agresiones desde principios de 2019.