Arabia Saudita ha llevado a cabo la ejecución de un hombre yemení condenado por el apuñalamiento de al menos tres bailarines españoles durante una actuación en vivo en un festival de la capital, Riad, el año pasado.
Emad Al-Mansouri, de 33 años, fue declarado culpable de varios cargos por un tribunal especial que juzga casos de terrorismo y lo había vinculado al grupo terrorista Al-Qaeda, aunque no han reivindicado su responsabilidad. El Ministerio del Interior anunció ayer que Al-Mansouri fue ejecutado en Riad. Se informó que un segundo hombre fue sentenciado a 12 años y medio de prisión por ayudar e instigar a Al-Mansouri y enviar fondos a Al-Qaeda en el Yemen.
El ataque del 11 de noviembre dejó a dos hombres y una mujer con "heridas superficiales" que se estabilizaron después de que se administró la atención médica, según informaron los medios de comunicación estatales en ese momento. A principios de esta semana, también se informó de que bajo el reinado de cinco años del Rey Salman Bin Abdulaziz, el reino ha llevado a cabo 800 ejecuciones, la mayoría de ellas contra opositores políticos de su hijo, el Príncipe Heredero Mohammed Bin Salman (MBS), que fue nombrado en 2017.
LEER: Túnez anuncia el fracaso de un “complot terrorista” para propagar el coronavirus
Por iniciativa de MBS, el reino ha intentado promover una imagen moderada en el extranjero, lo que ha incluido revertir las prohibiciones de décadas de entretenimiento público con la asistencia de personas de ambos sexos, permitiendo a las mujeres conducir y visitar eventos deportivos. En diciembre del año pasado, Arabia Saudita acogió el Festival de la Bestia MDL, elogiado como el mayor festival musical de la región, aunque se vio empañado por múltiples denuncias de agresiones sexuales por parte de las mujeres asistentes y las intérpretes.
Las reformas forman parte de la denominada "Visión 2030" de MBS, que también incluye la megaciudad futurista multimillonaria conocida como NEOM. Según se informa, un activista tribal saudí fue asesinado por las fuerzas de seguridad por negarse a abandonar su casa, que iba a ser demolida para dar paso a la construcción.