Un trozo de un cohete chino lanzado como experimento para enviar a los humanos a la luna en el futuro se ha estrellado en el Océano Atlántico cerca de la costa de Mauritania.
El cohete Long March 5B (CZ-5B) fue lanzado al espacio el 5 de mayo antes de que su núcleo, que sirve de columna vertebral y pesa casi 18 toneladas, realizara un descenso incontrolado de vuelta a la Tierra el lunes y se estrellara en las aguas de la costa oeste de Mauritania.
La misión del cohete chino era lanzar al espacio una cápsula de carga y una nave espacial de nueva generación que más tarde se utilizaría para enviar astronautas a la Luna desde la estación espacial china, así como para posibles futuros aterrizajes en la Luna que China llevaría a cabo.
El descenso de la pieza de 17,8 toneladas del cohete fue detectado y rastreado por una unidad de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, el 18º Escuadrón de Control Espacial, que rastrea los desechos espaciales dentro de la órbita de la Tierra. Se especuló que aterrizaría en algún lugar alrededor de África, los EE.UU. o Australia, con lo que lo más probable es que chocara con el agua, con poca probabilidad de que llegara a tierra.
Los aterrizajes de desechos espaciales y restos de cohetes son casi siempre planeados por los operadores, pero sólo a veces son controlados cuando son traídos de vuelta a la Tierra, lo que hace que los aterrizajes incontrolados como éste sean poco probables.
El último gran descenso incontrolado fue el del Salyut-7 ruso de 39 toneladas en 1991.
China ha estado avanzando en su programa espacial en los últimos años, particularmente en sus esfuerzos por alcanzar a los EE.UU. También ha estado cooperando y ayudando a las naciones de Oriente Medio como Irán y Arabia Saudita en su entrada en la "carrera espacial", con Teherán habiendo lanzado su primer satélite en órbita el mes pasado.