Un alto funcionario marroquí ha anunciado que la corrupción en Marruecos no es menos peligrosa que el coronavirus que acaba de surgir para amenazar la seguridad y la estabilidad del país.
Mustafa Ramid, el ministro de derechos humanos de Marruecos, expresó que la corrupción es un tipo de virus, que: "Si se propaga en una sociedad, corrompe sus instituciones políticas, estropea su clima económico y afecta al principio del estado de derecho y al logro de la justicia".
En una emisión en directo, sobre el tema de "crear vida política a través de la ley de enriquecimiento ilícito", Ramid añadió: "La corrupción es una amenaza escandalosa y un enemigo de todos los aspectos positivos que pueden existir en cualquier país y sociedad. Las naciones que se respetan a sí mismas tienen suficiente legislación y medidas para luchar contra la corrupción. Si hay corrupción a nivel político, no habrá una democracia libre. Lo que está sucediendo actualmente es que los comerciantes electorales están echando a perder e invirtiendo en estos eventos, y están comprando votos. Cuando obtienen la representación del pueblo, utilizan su posición dentro de las instituciones elegidas para enriquecerse ilícitamente y obtener ganancias mal habidas, convirtiendo la expresión del libre albedrío de los ciudadanos en un mero eslogan carente de contenido, y convirtiendo las instituciones parlamentarias, gubernamentales y representativas en meras formalidades estropeadas por la corrupción. Por lo tanto, no habría una verdadera democracia con la corrupción".
"No creemos que haya estabilidad para un país que está siendo testigo de la corrupción, porque el pueblo que vive en un entorno sin una competencia económica adecuada, sin valores de transparencia e integridad, y sin una justicia justa, está abierto a los disturbios y a los peligros de los levantamientos, revoluciones, enfrentamientos sangrientos, y a la confrontación de la gente rica influyente y corrupta, y son en su mayoría una minoría", indicó el ministro Ramid.
LEER: Presidencia de Argelia: “El combustible adulterado es un asunto interno del Líbano”
Continuó: "Es imposible imaginar una democracia con corrupción. Hay personas elegidas que eluden y reciben sobornos sin dejar rastro. Pueden entrar con cero dirhams y salir con mil millones de dirhams debido a la ausencia de un marco legal para el enriquecimiento ilícito. La lucha contra la corrupción no puede lograrse estableciendo instituciones, sino revisando todas las legislaciones y librándolas de la renta y la discriminación entre los ciudadanos".
Ramid señaló que: "La economía puede desarrollarse en una competencia libre y una economía sólida. La competencia basada en la corrupción y la compra de dignidades ocurre en lugar de la libre competencia. La corrupción es un virus que elimina el buen gobierno. Mientras haya corrupción y soborno, no habrá valores de transparencia, integridad y responsabilidad".
Lo consideró: "La corrupción socava los valores de la justicia y el estado de derecho. Cuando todo se convierta en una mercancía vendida a quien pague más, no habrá justicia, ni ley, ni derechos humanos".
Ramid llamó: "Revisar las leyes y poner fin a la economía de rentas, porque hemos dado grandes pasos, y todavía tenemos más pasos por delante. Tenemos que deshacernos de la baratura de las mercancías y el transporte de pasajeros para poner fin a toda ganancia que no se base en el esfuerzo, la legitimidad y el servicio al cliente, y que todavía existe en algunos aspectos de nuestras vidas. Debemos ir más allá en este sentido para liberar a los servicios públicos de todas las formas de alquiler, y permitir a algunas personas, incluso a las discapacitadas, tener derechos sin el tipo específico de este alquiler, en diferentes y múltiples áreas, y en licencias de caza, etc. ”
El ministro marroquí rechazó las violaciones y abusos del gobierno durante sus intervenciones para aplicar la cuarentena, aunque son limitadas, según Ramid.
"Cuando hay una intervención, estos funcionarios no son ángeles y es inconcebible que todos realicen su trabajo con precisión. Esto debería más bien seguir siendo limitado, y el autor debería estar sujeto a una responsabilidad disciplinaria o restrictiva", explicó el ministro, añadiendo: "Hemos dado pasos importantes, y todavía hay muchos pasos por delante para alcanzar el estado de derecho y la ley, en el que toda persona que viole el derecho de los ciudadanos sea sometida a la necesaria rendición de cuentas".