El Departamento de Estado de EE.UU. anunció ayer que había aprobado la venta de 1.400 millones de dólares de componentes y mejoras del sistema de defensa aérea y de misiles Patriot a Kuwait.
Según Reuters, la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa del Pentágono dijo que el Departamento de Estado había aprobado la venta de 84 misiles interceptores llamados Capacidad Avanzada de Misiles Patriot (PAC-3) y equipo relacionado, fabricados por la empresa de defensa estadounidense Lockheed Martin por un costo estimado de 800 millones de dólares. La capacitación y la asistencia técnica también forman parte del contrato proporcionado por Lockheed Martin y el contratista de defensa Raytheon por un valor de 425 millones de dólares. Mientras que un tercer contrato de las mismas empresas está valorado en 200 millones de dólares para reparar los sistemas existentes.
El Departamento de Estado dijo: "La venta propuesta apoyará la política exterior y la seguridad nacional de los Estados Unidos ayudando a mejorar la seguridad de un importante aliado no perteneciente a la OTAN que es una fuerza importante para la estabilidad política y el progreso económico en el Oriente Medio".
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"La venta propuesta de estos artículos y servicios mejorará la capacidad de Kuwait para hacer frente a las amenazas actuales y futuras y proporcionará una mayor seguridad para su crítica infraestructura de petróleo y gas natural", añadió, en referencia a los ataques de septiembre de 2019 a los yacimientos petrolíferos de Saudi Aramco que los funcionarios de EE.UU. atribuyeron a Irán, pero que fueron reclamados por los hutíes de Yemen.
Arabia Saudita había gastado miles de millones a lo largo de los años en sistemas de defensa aérea y entrenamiento de EE.UU., pero los misiles y radares Patriot tierra-aire no protegieron los yacimientos petrolíferos de los aviones teledirigidos de vuelo bajo. No han logrado defender el reino anteriormente, durante un ataque con cohetes en marzo de 2018.
A principios de este mes se informó de que cuatro baterías de misiles Patriot, además de docenas de tropas estadounidenses estacionadas en el reino, iban a ser retiradas y algunos funcionarios del Pentágono creían que podrían ser redesplegadas para hacer frente a otras amenazas, incluida la creciente hegemonía regional de China en Asia y el Pacífico.