El "deber y la necesidad" obligan a los vecinos de Libia a tomar medidas y "no pueden ser indiferentes" mientras el país siga en disturbios, subrayó ayer el Presidente del Parlamento tunecino Rached Ghannouchi.
En una entrevista con la Agencia Anadolu, Ghannouchi dijo: "En medio de los acontecimientos en Libia, los países vecinos no pueden ser indiferentes. Si se produce un incendio en la casa de tu vecino, no puedes permanecer neutral. El deber y la necesidad te impulsarán a ayudarle a apagar el fuego, así es este caso en el que la neutralidad negativa no tiene sentido".
Continuó: "Pedimos una neutralidad positiva basada en empujar a todas las partes hacia una solución política y pacífica (...). Nuestra visión es que una solución política en Libia es la forma más viable de superar la inseguridad y el caos."
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En cuanto a algunos partidos de la oposición tunecina que se niegan a comunicarse con el Gobierno libio del Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente y encabezado por Fayez Al-Sarraj, Ghannouchi subrayó que su comunicación "no sobrepasaba el ámbito de la diplomacia tunecina".
Explicó que las autoridades tunecinas y el Presidente Kais Saied están en contacto con el gobierno de Al-Sarraj porque es "el representante de la soberanía según la legitimidad internacional". Nos habíamos reunido anteriormente con Aguila Saleh, el representante [presidente] del parlamento de Tobruk [en el este de Libia], lo que podría considerarse como una neutralidad positiva".
"Compartimos con Libia los valores de la hermandad, la cooperación, la paz y la buena vecindad. Por lo tanto, trabajamos y nos comunicamos de acuerdo con esta visión."
Añadió: "Los que protestan contra nuestra comunicación con Libia proponen un sustituto de la legitimidad, como el contacto con organizaciones no reconocidas, que no sirve a los intereses del Estado tunecino y su pueblo".
"No hay país independiente que no se vea afectado por su entorno. En lo que respecta a Libia, Túnez está directa y profundamente afectado por lo que sucede en su país hermano, Libia".
Añadió: "Tenemos largas fronteras comunes con Libia, intercambio comercial y lazos económicos y sociales. La seguridad y la economía de Túnez se ven afectadas por lo que sucede en su vecina Libia. Por lo tanto, la seguridad libia se ve afectada por la de su homóloga tunecina y viceversa".
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El Presidente del Parlamento tunecino expresó su esperanza de que "el pueblo de Libia recurra al diálogo y acepte la coexistencia y supere la exclusión".
Desde el derrocamiento del antiguo gobernante Muammar Gaddafi en 2011, han surgido dos escaños de poder en Libia: El general de brigada Khalifa Haftar, en el este de Libia, que dirige el Ejército Nacional Libio (LNA) y cuenta con el apoyo de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, y el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) en Trípoli, que goza de reconocimiento internacional y de las Naciones Unidas.
Con el apoyo de los países árabes y europeos, Haftar lanzó un ataque para capturar Trípoli. Un año después ha sufrido grandes pérdidas y ha sido responsable de la muerte de miles de civiles.