El Presidente del Parlamento tunecino, Rached Ghannouchi, consideró que los llamamientos a disolver el Parlamento eran "confusos e inconstitucionales" y se refirió a los planes que apuntaban a la estabilidad del país, con el objetivo de sabotear las instituciones estatales y perturbar los intereses del pueblo tunecino.
Ghannouchi afirmó que esos planes, que ya no son encubiertos, se cruzan con los programas locales y regionales para perturbar la vía de la transición democrática del país.
El dirigente del partido Ennahda declaró en una entrevista con Al-Jazeera "Las campañas de incitación y las ilusiones fabricadas sobre las protestas en Túnez propagadas por medios de comunicación extranjeros sospechosos, es una prueba indiscutible de los intentos de sabotaje contra la experiencia tunecina".
Continuó: "En cuanto a los llamamientos para despedir al gobierno o retirar la confianza al presidente del parlamento, estas cuestiones sólo pueden resolverse remitiéndose a la constitución y al código interno del parlamento, ya que este tipo de decisiones están determinadas por procedimientos y disposiciones específicas que deben respetarse. De lo contrario, arrastraríamos al país al caos".
Ghannouchi subrayó que la vía democrática en Túnez está amenazada y que quienes siguen los acontecimientos y la evolución de la situación, no sólo en Túnez sino en toda la región, pueden observar sin esfuerzo lo que se planea para distorsionar y difamar la Primavera Árabe, apoyando a los medios de comunicación sospechosos y lanzando campañas de incitación y demonización.
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Expresó que esta feroz campaña ha llegado incluso a avivar los conflictos y las guerras civiles, al apoyar a mercenarios y milicias, y al proporcionar armas y equipos militares para desestabilizar los países donde se han producido revoluciones populares, al tiempo que se pretende derrocar gobiernos legítimos, como ocurre actualmente en Libia.
Ghannouchi añadió que el ataque en curso tiene por objeto restaurar los regímenes militares y entregar el poder a los golpistas, señalando que este tipo de esfuerzo se está llevando a cabo desde 2011 y ha pasado por diferentes fases.
Ghannouchi comentó los acontecimientos en Libia, declarando: "Creemos que la solución en Libia sólo puede ser política, ya que la guerra no puede lograr la estabilidad, sino que más bien profundizará la brecha entre nuestros hermanos libios. Las partes libias en el conflicto deben reunirse en la mesa de negociaciones y hacer concesiones mutuas a fin de elaborar una hoja de ruta que mantenga la unidad del país en el marco de los valores democráticos, la libertad y la coexistencia pacífica, lejos de las rivalidades, la guerra civil, los golpes de Estado sangrientos y el fomento de los conflictos tribales".
Concluyó: "Nuestras sólidas relaciones con nuestros hermanos libios no nos permiten permanecer al margen. Más bien, debemos alentarlos a alcanzar una solución pacífica. Por lo tanto, nuestra posición, que es la misma que la postura oficial del Estado tunecino, era y sigue siendo coherente con las orientaciones de la comunidad internacional en el apoyo a la legitimidad que articula la voluntad popular en Libia. A este respecto, estamos obligados a establecer una comunicación con el gobierno internacionalmente reconocido de Trípoli y el legítimo Parlamento de Tobruk. La neutralidad pasiva en la cuestión libia no tiene sentido; por eso hemos estado pidiendo una neutralidad positiva, presionando a las partes libias para que lleguen a un compromiso y alcancen una solución política y pacífica".