Por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha recabado el apoyo de 66 organizaciones nacionales e internacionales, entre las que se encuentran diversas entidades de defensa de los derechos humanos de ámbito europeo, que exigen la liberación de los 110 presos políticos marroquíes que hasta marzo se encontraban privados de libertad por la expresión legítima de sus opiniones.
La APDHA ha enviado una carta abierta al rey Mohamed VI en la que, junto al resto de asociaciones, organizaciones y colectivos firmantes, manifiesta su preocupación ante la situación en que actualmente se encuentran los presos políticos y de opinión, incluidos los presos políticos del Rif, en las cárceles marroquíes en los actuales momentos de crisis humanitaria causada por el Covid-19.
Las organizaciones advierten que las familias de estas personas presas, entre las que se encuentran las del Rif, manifiestan su angustia por el hecho de que las vidas de estas personas corran peligro al estar expuestos a situaciones de vulnerabilidad extrema frente al contagio, dado que ya se han reportado casos positivos tanto en funcionarios como en personas presas de algunas cárceles del país. La situación sanitaria en la que se encuentran frente al Covid-19, añaden, es muy preocupante si se tiene en cuenta el ya deteriorado estado de salud dentro de las cárceles.
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Por ello y siguiendo las recomendaciones que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, formuló el miércoles 25 de marzo del 2020, la APDHA ha declarado que con esta carta se pide al Rey Mohamed VI ”que se proceda a otorgar la libertad a los presos políticos y de opinión, entre ellos los presos políticos rifeños, del mismo modo que se hizo con centenares de presos comunes hace unas semanas”.
Décadas de represión, ignominia y abandono
Explica la organización que siguen vigentes los estragos causados por la Guerra del Rif 97 años después, en los que España realizó ataques con gas mostaza sobre la zona y que ha provocado que hoy día no haya familia sin un caso de cáncer en la zona bombardeada. Un agresión, critican, que España no ha reparado aún con una “ley de reconocimiento a las víctimas o una enmienda a la ley de memoria histórica”. En 1958, es Marruecos el que bajo el mando de oficiales franceses y la orden del príncipe Hassan, bombardea el Rif, esta vez con napalm, fósforo blanco y bombas de fragmentación.
Según la asociación, han sido décadas de represión, ignominia y abandono las que han llevado al pueblo rifeño a elevar su voz en diferentes momentos de la historia. Esta última, recuerda la APDHA, ocurrió de manera espontánea el 28 de octubre del 2016, tras el asesinato de Mohsin Fikri, un vendedor ambulante que al intentar recuperar el pescado decomisado por no pagar a unos policías marroquíes que le pedían dinero para permitirle su venta, fue triturado por el camión de la basura donde dichos agentes habían tirado la mercancía.
Su entierro con más de 50.000 personas, marcó el inicio de un Movimiento Popular “El Hirak as Shabi” que a través de dinámicas asamblearias, en las calles, zocos y plazas, fueron construyendo de manera colectiva, un conjunto de demandas donde reivindicaban algo “tan sensato y de sentido común” como un hospital multidisciplinar, a propósito del índice tan elevado de cáncer de la región, una universidad en Al Hoceima o romper el aislamiento y marginación económicos en cuanto a la pesca, agricultura, empleo, transporte y comunicaciones, en definitiva, afirma la organización, “dejar de ser el hijo paria de una nación que no lo reconoce como suyo”.
La respuesta a las marchas pacíficas, detalla, muchas de ellas con velas y flores, no se hizo esperar con detenciones, secuestros, torturas, violaciones, encarcelaciones y condenas que van desde los dos hasta los 20 años, como son el caso de Nasser Zefzafi (cabeza más visible del movimiento, acusado de “complot con el objetivo de atentar contra la seguridad del Estado”), Nabil Ahmjiq, Ouassim Boustati y Samir Ighid.
Muchas y muchos activistas se han visto obligados a tener que optar por el exilio como única salida de supervivencia para evitar terminar en las cárceles marroquíes. Por ello, la organización dentro de la campaña de solidaridad con el Rif, se solidariza una vez más con “nuestros hermanos y hermanas del Rif”, recordando que “por encima de los poderosos y el mar que nos separa, los lazos que nos unen a los dos pueblos son muchos”.
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