Los servicios de inteligencia del régimen sirio detuvieron a 15 oficiales y funcionarios de alto rango del ejército bajo la acusación de "tratar con entidades extranjeras y malversación de fondos".
Sin embargo, el periódico Al-Arab citó fuentes no identificadas diciendo que los oficiales son conocidos por sus estrechos vínculos con el magnate de los negocios, Rami Makhlouf, que había estado involucrado en una batalla de influencia con el régimen.
Según las fuentes, los oficiales prometieron recientemente "quemar la tierra en caso de que se cause algún daño a Rami Makhlouf".
Con esto se eleva a 71 el número de personas detenidas por su presunta lealtad a Makhlouf; entre ellas se encuentran directivos, empleados, técnicos y oficiales del ejército.
En abril, el régimen sirio inició una campaña de seguridad para apoderarse de las empresas propiedad de Makhlouf, primo del Presidente Bashar Al-Assad.
Una vez en el corazón del círculo íntimo de Al-Assad, Makhlouf se ha peleado con las autoridades por los fondos que el gobierno dice que le debe su compañía de telefonía móvil Syriatel.
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